JOSÉ VILLEGAS CORDERO (Sevilla, 1848 – Madrid, 1921).
“Paisaje”.
Óleo sobre lienzo.
Adjunta certificado de autenticidad expedido por don Ángel Castro.
Presenta faltas en la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 46 x 100 cm.
Esta obra de José Villegas Cordero representa una escena costumbrista al aire libre, probablemente en un paisaje rural del sur de España o Italia, lugares que el artista frecuentó y retrató con gran sensibilidad. En la pintura se observa un río o arroyo de aguas tranquilas, rodeado de una amplia orilla de arena y piedras. En primer plano, un grupo de mujeres se inclina junto al agua, lavando ropa o realizando alguna labor doméstica tradicional. Sus figuras están distribuidas de manera rítmica, aportando movimiento y vida a la composición. Más al fondo, otras personas caminan o conversan, mientras la vegetación densa y los árboles delimitan el horizonte.El cielo ocupa gran parte del lienzo, con un tono azul claro y matices dorados, transmitiendo una sensación de serenidad y amplitud. La luz, suave pero clara, baña el paisaje con un realismo naturalista que caracteriza el estilo de Villegas.
El artista demuestra aquí su dominio de la pintura al aire libre y su interés por los temas cotidianos, capturando un momento sencillo de la vida rural con una atmósfera poética y equilibrada.
José Villegas inicia su aprendizaje con José María Romero, bajo cuya dirección estudió dos años. A continuación ingresó en la Escuela de Bellas Artes, donde fue discípulo de Eduardo Cano. A temprana edad lleva a la Exposición sevillana de 1860 su cuadro “Pequeña filósofa”, que se vende en 2.000 reales. Hacia 1867, aún en etapa de formación, pinta dos lienzos: “Niñas pidiendo limosna”, muy elogiado por la crítica, y “Colón en la Rábida”, adquirido por los duques de Montpensier. Seguidamente viaja a Madrid, donde acudirá al estudio de Federico de Madrazo. Allí traba amistad con Rosales y Fortuny, y estudia a los maestros del Museo del Prado. En este periodo copia a Velázquez, cuya factura espontánea adoptará para su técnica pictórica, al tiempo que su vibrante color. Seducido por la obra orientalista de Fortuny, Villegas regresa a Sevilla y visita Marruecos, de donde trajo algunos cuadritos y apuntes. A finales de 1868 decide trasladarse a Roma en compañía de Rafael Peralta y Luis Jiménez Aranda. Allí frecuenta las clases nocturnas de la Academia Chigi y comparte estudio con otros colegas, hasta que pasa al taller de Rosales. Su obra, en este momento, se centra en los temas costumbristas, género en el que Villegas alcanzó resonantes triunfos, siendo demandado incesantemente por una clientela ávida de temas castizos, especialmente de toreros y bailaoras. Su extraordinaria versatilidad le permitió, además satisfacer la demanda de una clientela internacional que, a partir de Fortuny, exigía temas de fantasía árabe. Así, Villegas aprovecha sus apuntes tomados en Marruecos, sin olvidar los temas de género y de “casacones”. A mediados de los setenta regresa a Sevilla y visita de nuevo Marruecos. De vuelta en Roma a partir de 1876, recoge la antorcha legada por Fortuny y se convierte en el pintor más admirado y cotizado entre marchantes y coleccionistas. Sigue trabajando sus temas orientalistas y costumbristas, y envía sus obras a las exposiciones españolas. En 1878, a raíz de un encargo del Senado español, Villegas se inicia en los temas de historia. Asimismo, a mediados de los ochenta se centrará en la realización de cuadros directamente inspirados en el arte renacentista italiano, siendo su obra culminante dentro de este estilo “El triunfo de la Dogaresa”, pintada en 1892 y expuesta con enorme éxito en Berlín. Durante estos años trabaja especialmente en Venecia, ciudad que le ofrecía un marco inagotable para la ambientación de sus composiciones. En 1898 fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes en Roma, en 1901 director del Museo del Prado y en 1903 académico de San Fernando. Está actualmente representado en el Museo del Prado, los de Bellas Artes de Sevilla y Córdoba, el de San Telmo en San Sebastián y la Colección del Banco de España, entre otras instituciones de importancia, tanto públicas como privadas.
.jpg)