Escuela francesa; c. 1840.1850.
“Desnudo femenino”.
Óleo sobre cartón.
Posee marco de época.
Medidas: 38 x 47 cm; 50 x 59 cm (marco).
La pintura presenta el cuerpo de una joven desnuda reclinada sobre un lecho de hierba, envuelta parcialmente en un paño blanco que cubre su pierna izquierda y se extiende en suaves pliegues hasta el primer plano. La figura se encuentra de espaldas al espectador, en una postura de semiapoyo sobre los codos que arquea suavemente su espalda y realza la curva de la cadera. El rostro, girado hacia la derecha, mira con expresión serena y ligeramente ensoñadora hacia un punto del paisaje, donde dos palomas posadas en una rama parecen corresponder a su contemplación.
El entorno natural, tratado con un detallismo contenido, enmarca la figura sin restarle protagonismo. Los árboles y la vegetación forman una suerte de dosel que envuelve a la joven, generando una atmósfera íntima y casi onírica. El contraste entre el tono marfileño del cuerpo y los verdes oscuros del bosque guía la mirada hacia el centro de interés, que es la anatomía femenina.
Este tipo de pintura responde al gusto romántico y neoclásico por el desnudo idealizado, heredero directo de la tradición académica francesa. La obra no es meramente un estudio anatómico, sino una construcción estética que busca armonía, sensualidad controlada y un diálogo entre lo humano y lo natural. La inclusión de elementos como las flores y las palomas refuerza el carácter alegórico de la escena, vinculándola con la iconografía de la ninfa o de la Venus pastoril, tan frecuente en el arte europeo del siglo XIX.