HUBERT BELLIS (Bélgica, 1831-1902).
“Bodegón”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta restauraciones.
Posee marco de época.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 30 x 46 cm; 48 x 64 cm (marco).
Hubert Bellis fue un destacado pintor belga, reconocido principalmente por sus delicadas naturalezas muertas centradas en frutas y flores. Su formación artística se desarrolló en la Académie de Bruxelles, donde fue discípulo de maestros influyentes como François-Joseph Navez y Henri de Coene, figuras clave en el desarrollo de la pintura belga del siglo XIX.
En los primeros años de su carrera, Bellis se dedicó al retrato, género que le permitió perfeccionar su observación del detalle y su sensibilidad para captar la expresividad de los modelos. Posteriormente, orientó su trabajo hacia la pintura decorativa, actividad que ejerció de manera profesional hasta 1875. Esta etapa fue decisiva para su madurez artística, ya que le permitió experimentar con composiciones, gamas cromáticas y técnicas que más tarde aplicaría en su producción de naturalezas muertas.
A partir de entonces, Bellis se consagró plenamente a la representación de bodegones, en los que plasmó con gran precisión botánica y refinado sentido del color la frescura de frutas y la delicadeza de las flores. Su estilo se caracteriza por el realismo minucioso, la cuidada disposición de los elementos y el uso de una luz sutil que dota a sus composiciones de una atmósfera serena y contemplativa.
La obra de Hubert Bellis se enmarca dentro del contexto de la pintura belga del siglo XIX, en un momento en que el género de la naturaleza muerta experimentaba un nuevo auge, valorado tanto por su función decorativa como por su dimensión simbólica. Su legado contribuye a la continuidad de una tradición que, desde los maestros flamencos del Siglo de Oro, buscaba exaltar la belleza de los objetos cotidianos y reflexionar sobre el paso del tiempo.