Escuela inglesa circa 1820.
Retrato masculino.
Óleo sobre tela.
Medidas: 77 x 64,5 cm.
El retrato presenta a un joven de medio cuerpo, ligeramente ladeado en su torso pero con la mirada dirigida hacia el lado opuesto. Esta postura crea una sensación de espontaneidad. Su expresión es seria, melancólica y pensativa. En estilo y técnica, la influencia del Romanticismo es palpable. El artista utiliza un claroscuro marcado, con una fuente de luz potente que incide desde la izquierda, iluminando intensamente la frente y la mitad de la cara, mientras que el restro del rostro y parte del cuerpo se funden en una sutil penumbra. Ello modela el volumen y da tridimensionalidad a la figura, a la par que acentúa la psicología del personaje.
La vestimenta informal hace pensar que pudiera tratarse de un poeta o filósofo. El joven viste una camisa blanca de cuello alto y abierto, y sobre los hombros lleva un pesado manto o capa de un rico color rojo oscuro o borgoña, envuelto de manera informal, lo que añade un toque teatral y bohemio al retrato.
El rostro es el foco principal: piel cálida, cabello ligeramente desaliñado y patillas pronunciadas, características de la moda de la época. La pincelada en el rostro es más cuidada y detallada, mientras que en la ropa y el fondo se vuelve más suelta y enérgica, una característica distintiva de muchos retratistas ingleses como Sir Thomas Lawrence o Henry Raeburn, quienes influyeron en este estilo.