HENRI JOSEPH THOMAS( Belgica,1878 – 1972)
“Los zapatos verdes”.
Óleo sobre lienzo.
Conserva marco original de estilo Art decó.
Firmado en el ángulo superior izquierdo.
Medidas: 61 x 76 cm; 77 x 90 cm (marco).
Esta pintura representa a una de las modelos predilectas del artista. A primera vista, la obra se muestra con un tono amable y atractivo; sin embargo, una observación más detenida revela un matiz sutilmente pícaro y erótico. El pintor parece complacerse en envolver a su modelo en un capullo de delicados tejidos, cuyas transparencias y brillos satinados dialogan con la blancura marmórea de su piel. El estudio parte del canon del desnudo académico, clásico y sobrio en apariencia, pero lo transforma al umbral de lo narrativo y lo anecdótico: una dama que, en el instante de vestirse, se inclina sobre la cama para recoger un zapato de interior. Su gesto es ligero, su expresión fresca y sonrosada, impregnada de una felicidad despreocupada. El tono general evoca a los Fragonard del siglo XVIII, celebrando los placeres íntimos y, con ellos, la vitalidad de la existencia.
Discípulo de la Academia de Bruselas, el pintor expuso en el Cercle Artistique en 1906, 1909 y 1921, así como en la Société Nationale des Beaux-Arts entre 1906 y 1910. Su trayectoria se desarrolló entre Bruselas y París, prolongando el itinerario que ya habían iniciado artistas como Odilon Redon o Félicien Rops, al consolidar un eje cultural entre ambas capitales. Su carrera, amplia y reconocida, le granjeó la atención de coleccionistas privados y museos europeos.
Además de sus cualidades como pintor y escultor, cultivó el arte del grabado. Ilustró La Toison de Phryné de Théodore Hannon (1913) y la reedición de 1925 de Les Diaboliques de Barbey d’Aurevilly. Sus temas se expanden hacia la representación del universo burgués atrapado en la atmósfera nocturna de París y Montmartre, con sus excesos y contradicciones. Más tarde, trasladó esa mirada a los interiores mundanos de la década de 1920, donde las mujeres aparecen enjoyadas, rodeadas de sedas y tejidos lujosos, símbolos de un hedonismo refinado que define tanto su arte como su época.