HORACIO LENGO MARTÍNEZ (Torremolinos, 1838-Madrid, 1890).
“Napolitana”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo. Fechado y localizado (París) en la zona superior derecha.
Medidas: 126 x 66 cm.
La exquisita plasticidad pictórica que emana de cada detalle en este retrato femenino lo eleva más allá del interés costumbrista por plasmar el folclore de un lugar, en este caso, a través de la vestimenta de una napolitana. Estamos ante un retrato, en el que la protagonista se presenta de pie y de frente al espectador aunque ajeno a su mirada, ya que la joven sostiene tiernamente una paloma.
Horacio Lengo nace en el seno de una familia acomodada, siendo educado por su abuelo, cónsul de Trieste y de Toscana. Desde muy pequeño se aficionará al dibujo, presentándose ya a una exposición del Liceo en 1845. Tiempo después iniciará su carrera como funcionario de Hacienda, siendo destinado a Cádiz en 1855. Allí se casa con una rica heredera de ilustre apellido dentro de la ciudad, y será por estos años cuando entre en contacto con el mundo artístico a través de su maestro y gran amigo Serafín Martínez del Rincón, pintor palentino trasladado a la Escuela de Bellas Artes de Cádiz. Lengo regresa a su Málaga natal en 1871, y participa en varias exposiciones nacionales. Al año siguiente será nombrado secretario del Liceo en su sección de Bellas Artes, y en 1874. En la capital francesa asistirá como discípulo al taller de Léon Bonnard, y tomará parte en una exposición colectiva en 1975. De París Lengo regresa con una concepción diferente de la pintura, y a partir de 1877 su pintura empezará a ser reconocida en Málaga, gracias al éxito de su participación en varios concursos y exposiciones. En 1882 se instalará definitivamente en Madrid. En 1890 consigue un gran reconocimiento con un retrato de su hija, siendo esta su última muestra pública dado que ese mismo año, aquejado de una mortal enfermedad, se suicidará en su estudio madrileño. Además del retrato y la caricatura, Lengo cultivó la composición de pequeños bodegones y caprichos artísticos decorativos con títulos poéticos y literarios, frecuentemente protagonizados por elegantes aves. Dentro de este grupo se encuentra el lienzo que aquí presentamos, así como los conservados en el Museo del Prado “Leonora” y “Manrique”, inspirados en los personajes de la ópera “El trovador”, de Antonio García Gutiérrez, estrenada en el Teatro Príncipe en 1836. Horacio Lengo está actualmente representado en el Museo del Prado, la Diputación Provincial y el Museo del Patrimonio Municipal de Málaga y en el Instituto de Secundaria Goya de Zaragoza, así como en diversas colecciones particulares.
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