FRANCESCO BERGAMINI (Italia, 1851-1900).
“El maestro de escuela”.
Óleo sobre tela.
Reentelado.
Firmado en el margen inferior.
Medidas: 51 x 81 cm.;64 x 95 cm.(marco).
Entrañable pintura de Francesco Bergamini, “El maestro de escuela” representa una escena educativa de la vida cotidiana en una escuela rural, probablemente italiana, durante el siglo XIX. Su estilo es costumbrista y se caracteriza por la atención al detalle narrativo y el tono cálido y anecdótico.
La escena se desarrolla en un interior humilde, con paredes de yeso desgastado y un gran hogar de piedra que domina el espacio. El aula parece improvisada dentro de una vivienda campesina. A la derecha del cuadro hay un pequeño altar con imagen de la Virgen y un mosaico de tema devocional que señala la fuerte presencia de la tradición y moral cristiana en la enseñanza de la época.
En el centro, sentado en una silla alta a modo de trono, se encuentra el maestro: un hombre de edad avanzada, con vestimenta sencilla pero bien cuidada. Imparte una lección, señalando con gesto de advertencia o instrucción a un niño que se encuentra frente a él, de pie, sosteniendo su gorra entre las manos en actitud tímida o de respeto. Alrededor del maestro se agrupan varios escolares, todos varones, vestidos con ropa desgastada y remendada. Algunos escuchan atentos, mostrando disciplina y curiosidad. Otros se distraen: uno se trepa al mueble del fondo para husmear en un armario, otro conversa divertido con su compañero. En la parte derecha, dos niños bromean con sus sombreros, evidenciando la viveza y travesura infantiles.
El mobiliario es escaso: mesas y bancos toscos de madera, un pequeño taburete roto, objetos cotidianos colgando del muro (cántaros, utensilios). Este ambiente transmite austeridad y modestia, pero también calidez humana, reforzada por la iluminación que enfoca a las figuras y crea una atmósfera íntima y realista.
Bergamini logra presentar un cuadro lleno de humanidad, donde la enseñanza, más allá de la instrucción, es convivencia y aprendizaje social. La escena, cargada de humor sutil, fusiona rigor, alegría infantil y el encanto del mundo rural tradicional.
Francesco Bergamini nació en Roma en 1851. Estuvo activo en la segunda mitad del siglo XIX en Italia. Estudió en la Academia de Carrara. Su obra gozó de proyección internacional, pues fue solicitada a menudo por turistas británicos y franceses. Su especialidad fueron escenas de género (interiores, vida cotidiana, momentos familiares, personajes populares) además de retratos y motivos religiosos. Adoptó una encomiable combinación de precisión detallada en el dibujo y una pincelada algo más suelta, adaptándose a demandas del mercado decimonónico.
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