Círculo de GIUSEPPE BONITO (Castellammare di Stabia, 1707 – Nápoles, 1789).
“Retrato de Carlos de Borbón como rey de Nápoles”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Posee marco del siglo XIX.
Medidas: 102,5 x 80 cm; 118 x 93,5 cm (marco).
Esta obra sigue los modelos del retrato “Carlos de Borbón, rey de las Dos Sicilias”, pintado en 1745 por Giuseppe Bonito y que actualmente pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid. La obra muestra a un Carlos tercero ataviado con el uniforme militar, acompalado de un casco que se dispone sobre la mesa y sosteniendo el bastón de mando con una de sus manos. En la pintura del Prado se puede apreciar un fondo que se abre al paisaje, mientras que en este caso se centra una mayor atención a la figura que queda definida sobre un fondo neutro. En esta pintura Carlos III ha sido representado en tres cuartos, siguiendo muy de cerca la brillantez plástica del rococó napolitano, una de cuyas figuras estelares fue Giuseppe Bonito. La influencia de Bonito queda patente en el colorido satinado de la suntuosa casaca de terciopelo, en los brocados en hilo de oro, en los finos encajes de las mangas... El semblante del personaje, de carnaciones sutilmente arreboladas, traduce una personalidad aristocrática, acorde con su estatus.
Giuseppe Bonito fue uno de los pintores napolitanos más influyentes del siglo XVIII. Discípulo de Francesco Solimena, sin embargo pronto se decantó hacia la delicadeza rococó. Serán los retratos los que le abran las puertas de la corte napolitana, junto con la recepción de numerosos encargos de retablos y pinturas al fresco para iglesias. Como pintor de la corte, en 1741 retrató con notable realismo a la embajada del sultán otomano en Nápoles, lienzo que inmediatamente fue enviado a Madrid y se conserva en el Museo del Prado. Hacia 1745 retrató a Carlos VII de las Dos Sicillias, futuro Carlos III de España, y a su esposa la reina María Amalia de Sajonia en sendos retratos conservados también en el museo del Prado. Muy notable es el retrato de los Infantes don Fernando y don Gabriel que se conserva en el Palacio de Caserta, pintado poco antes de la proclamación de Fernando, de solo ocho años, como rey de Nápoles, sorprendidos en el estudio, con un compás en la mano y ante un globo terráqueo. En 1751 fue nombrado pintor de cámara, miembro de la Academia de San Lucas de Roma en 1752, director de la recién creada Academia de Bellas Artes de Nápoles en 1755 y director de la Real Fábrica de Tapices de Nápoles, para la que proporcionó series de cartones de carácter alegórico y literario, incluyendo los primeros cartones de una serie de ilustraciones del Quijote tejida entre 1758 y 1779 con destino al Palacio Real de Caserta.
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