Escuela norteamericana; c. 1850.
“Retrato de niña”.
Óleo sobre lienzo pegado a tablex.
Presenta restauraciones en la superficie pictórica.
Medidas: 45 x 35 cm; 51 x 44 cm (marco).
Esta obra encapsula los rasgos más característicos del retrato infantil norteamericano de mediados del siglo XIX: una pose estática y serena, la mirada frontal ligeramente melancólica y los ojos grandes y definidos que acentúan el carácter íntimo de la composición. Su factura recuerda la sensibilidad de pintores itinerantes como Joseph Whiting Stock, Ammi Phillips o John Brewster Jr., quienes cultivaron un estilo sobrio y depurado, centrado en la dignificación del modelo a través de la claridad de los rasgos y la serenidad del gesto.
Más allá de su valor estético, el cuadro ofrece un testimonio fiel del gusto de una sociedad en transformación: familias norteamericanas en pleno ascenso social que buscaban perpetuar la imagen de sus hijos como emblema de prosperidad, estabilidad y aspiración.
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