RAFAEL SENET Y PÉREZ (Sevilla, 1856-1926),
“Venecia”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 38 x 58 cm; 59 x 79 cm (marco).
Se trata de una pintura enmarcada en la tradición del vedutismo veneciano, cuya historia se inicia en el siglo XVIII y que fue potenciada por el Grand Tour. Dicha tradición continuo durante el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, ya que la ciudad se había puesto de moda gracias a teóricos como John Ruskin, o a pintores como Fortuny quienes a través de sus visiones de la ciudad, proyectaron una imagen voluptuosa y en cierto modo exótica de la ciudad, que se convirtió en escenario perfecto de la cultura.
Pintor y acuarelista español que cultivó temas costumbristas, orientales y paisajes. Senet estuvo vinculado al grupo sevillano de paisajistas de Alcalá de Guadaira, liderado por Emilio Sánchez Perrier. Comenzó su formación en el taller de Teodoro Aramburu en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde fue discípulo de Joaquín Domínguez Bécquer y Eduardo Cano. Se trasladó a Madrid en 1880, donde conoció la pintura de los grandes maestros del Prado y un año más tarde viajó a Roma para ampliar sus estudios, gracias a una beca que le concedió el banquero Ramón de Ibarra. Remitió sus obras a exposiciones nacionales y extranjeras, obtuvo sendas segundas medallas en la Nacional de Bellas Artes de 1884 y en la Internacional de Múnich. Participó en la Exposición del Centro de Acuarelistas de Barcelona y en la V Internacional de Bellas Artes de 1907. Gran parte de su producción se halla en colecciones particulares inglesas, ya que el galerista londinense Arthur Tooth comercializó una gran cantidad de sus pinturas. Inmortalizó rincones de pueblos pintorescos como el que aquí nos ocupa, una vista desde el riachuelo que cruza una aldea, con su arquitectura románica ennoblecida por el uso de una pincelada precisa y una paleta rica en matices tonales.
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