ENRIQUE SIMONET Y LOMBARDO (Valencia, 1863 – Madrid, 1927).
“Retrato femenino”.
Óleo sobre tabla.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 23 x 37 cm; 42,5 x 56,5 cm (marco).
En el cambio de siglo, cuando la pintura española oscila entre el realismo finisecular, el gusto por lo exótico y una sensualidad heredera del modernismo, Enrique Simonet desarrolla un lenguaje personal en el que la figura femenina adquiere un protagonismo absoluto. Esta obra se sitúa plenamente en ese contexto: un interior íntimo, cargado de texturas y colores cálidos, donde la modelo se presenta con naturalidad y audacia, ajena a cualquier relato moralizante.
La escena combina sofisticación burguesa y sugerenci. El cuerpo reclinado, tratado con una pincelada suelta pero precisa, contrasta con la riqueza decorativa del entorno, alfombras, cortinajes, pieles y objetos orientales, un recurso habitual en Simonet para intensificar el impacto visual y crear un clima de lujo y modernidad. La composición, aparentemente espontánea, está cuidadosamente equilibrada, guiando la mirada del espectador entre la figura y los elementos decorativos que la rodean.
Desde el punto de vista estilístico, la obra refleja la madurez técnica del pintor: dominio del dibujo, excelente tratamiento de las carnaciones y una paleta vibrante que refuerza el carácter hedonista de la escena. Simonet, formado en la tradición académica y reconocido internacionalmente desde muy joven, supo adaptar ese rigor a un lenguaje más libre y contemporáneo, alineado con los gustos cosmopolitas de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Enrique Simonet se formó en Valencia y Málaga, y completó su aprendizaje en Roma, donde asimiló el clasicismo académico que marcó decisivamente su obra. Alcanzó el reconocimiento internacional a partir de 1892 con Flevit super illam, obteniendo premios en Madrid, Chicago, Barcelona y París. Viajero habitual por Italia, el Mediterráneo y Marruecos, desarrolló una carrera sólida como pintor y docente, ejerciendo como catedrático en Barcelona y Madrid. Su obra forma parte hoy de colecciones tan destacadas como el Museo del Prado y el Museo de Bellas Artes de Málaga.
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