Escuela española de principios del siglo XX.
“El Niño Jesús dormido sobre la Cruz”, 1914.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado.
Presenta algunas faltas de pintura. Faltas en el marco.
Medidas: 57 x 77 cm; 75 x 96 cm (marco).
Esta obra muestra al Niño Jesús dormido sobre la cruz, tal y como lo representa Orazio Lomi Gentileschi en su cuadro atribuido hoy conservado en el Museo del Prado (no expuesto).
El arte cristiano se deleitó a lo largo de su historia, y especialmente en la Edad Moderna, proyectando sobre la infancia inocente de Jesús la sombra de la cruz. El contraste entre la feliz despreocupación de un niño y el horror del sacrificio al cual estaba predestinado, fue concebido para conmover los corazones. Esta idea era ya familiar a los teólogos de la Edad Media, pero los artistas de entonces la expresaban discretamente, ya mediante la expresión preocupada de la Virgen, ya a través del racimo de uvas que el Niño estruja en sus manos. Será sobre todo en el arte de la Contrarreforma donde ese presentimiento fúnebre de la Pasión se exprese por medio de alusiones transparentes. Zurbarán muestra al Niño Jesús pinchándose con el dedo al trenzar una corona de espinas. Murillo, al pequeño San Juan Bautista que le muestra su cruz de cañas. Finalmente, el tema encuentra su expresión más conmovedora en el tema del Niño Jesús Dormido sobre la Cruz.