Escuela mejicana; siglo XX.
“Retratos de damas”.
Óleo sobre lienzo.
Pieza intervenida en el anverso y el reverso del lienzo.
Medidas: 37 x 29 cm; 60 x 52 cm (marco).
Esta obra muestra dos retratos femeninos, uno situado en el anverso protagonizado por una mujer de piel morena y pelo oscuro, mientras que en el reverso la dama captada de perfil es de piel nívea con el el pelo rubio. El retrato se convirtió en el siglo XX en el género protagonista por excelencia de la pintura, como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se implantaron en el mundo occidental a lo largo de esta centuria, encarnando la expresión máxima de la transformación del gusto y la mentalidad de la nueva clientela, surgida entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que tomaría las riendas de la historia en este periodo. Mientras los círculos oficiales dieron preponderancia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y el incipiente coleccionismo alentó la profusión de los cuadros de costumbres, el retrato acaparó la demanda de pintura destinada al ámbito más privada.