ANTONIO VAQUERO POBLADOR (Badajoz, 1933- 2004).
“Calle iluminada”, 1974.
Óleo sobre tablex.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 66 x 55 cm; 78 x 67 cm (marco).
Antonio Vaquero Poblador nació en el seno de una familia sin tradición artística. Tras la Guerra Civil, su familia se trasladó temporalmente a Madrid, aunque mantuvieron vínculos estrechos con su ciudad natal, donde se establecerían definitivamente a comienzos de la década de 1950. Desde su infancia manifestó un temprano interés por el dibujo. En los inicios de su formación artística, desempeñó un papel clave el poeta extremeño Manuel Pacheco, con quien entabló una amistad duradera. Pacheco no solo fue un mentor intelectual, sino que también le introdujo al mundo del arte, mostrándole las primeras reproducciones de los impresionistas a través de la colección de la editorial Skira, en el contexto de las tertulias sabatinas en la casa de Esperanza Segura Covarsí.
Vaquero recibió sus primeras enseñanzas pictóricas del pintor Luis Ortiz Pizarro. Posteriormente, comenzó estudios académicos en Madrid, que abandonó pronto por su disconformidad con los métodos pedagógicos tradicionales. Con la aprobación de su familia, emprendió un viaje por diversos países europeos, encontrando en los museos su verdadera escuela artística. Durante esta etapa, estudió también con el pintor francés Bernard Buffet, cuya influencia se manifiesta en el uso de tonos sombríos y en la definición angulosa de las siluetas, reminiscentes de la técnica xilográfica.
En la década de 1950, se desempeñó como escenógrafo en la compañía pacense “El Retablo” y comenzó a recibir reconocimiento público. En 1956 obtuvo su primer premio por la obra La niña del muñeco en la I Exposición Provincial de Arte organizada por el Ayuntamiento de Badajoz, y ese mismo año fue distinguido con el Tercer Premio en el Concurso de Pintura al Aire Libre de la misma ciudad.