JOAQUÍM TERRUELLA MATILLA (Barcelona, 1891 – 1957).
“Telares”.1910.
Óleo sobre lienzo.
Adjunta certificado de Don Marçal Barrachina.
Firmado en el margen inferior.
Medidas: 134 x 184 cm.; 154 x 203 cm (marco).
En "Telares", Joaquim Terruella nos ofrece una escena íntima y evocadora de la vida rural, desarrollándose la acción en un interior rústico. Un hombre con grafas se concentra ante un telar antiguo, sus manos y su gesto sumidos en el ritmo silencioso del trabajo manual. A su lado, sentada en una silla de mimbre, una mujer mayor, cubierta con un pañuelo en la cabeza, acciona con serenidad una rueda de hilar. Ambos personajes parecen suspendidos en una coreografía de gestos heredados, en un diálogo mudo con las fibras y la memoria.
El ambiente está cuidadosamente construido con elementos humildes pero cargados de identidad: una olla en el suelo, un porrón de vino que reposa sobre el alféizar de la ventana. Las paredes, los muebles, el suelo, todo está tratado con una paleta suave y apagada, en tonos terrosos y ocres, que contrastan con las telas rojas.
Sobrino y seguidor de Segundo Matilla, Joaquín Terruella fue también discípulo de Santiago Rusiñol. Con este último realizó un viaje a Italia en 1923, además de pasar una temporada trabajando juntos en Aranjuez. También pintó en París y en Palma de Mallorca. Expuso individualmente por primera vez en la desaparecida sala Goya de Barcelona, en 1916, y desde entonces mostrará su obra en otras salas barcelonesas, como la Parés y la Gaspar, y también en París, Madrid, Palma, Zaragoza, Burdeos y Biarritz. En 1956 celebra su última exposición en la sala Busquets de Barcelona. Desde entonces su obra ha estado presente en distintas muestras colectivas y antológicas como la realizada en la sala Gothsland de Barcelona en 1985. En 1993, Ángeles Cortina reunió en su galería barcelonesa una serie de óleos y dibujos suyos. Joaquín Terruella fue un pintor fundamentalmente paisajista, situado en la estela del impresionismo, que reflejó con delicadeza y sutil transparencia el paisaje catalán. Otro de sus temas predilectos fue el mundo de los toros, y de hecho trabajó como ilustrador taurino para las publicaciones “El Día Gráfico” y “La Noche”. Además trató escenas de gitanos y de cafés concierto. Se conserva obra suya en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en el Museo Provincial de Lugo.