Seguidor de CARL HOLSOE (Aarhus, 1863-Asserbo, 1935), siglo XX.
"Mujer de espaldas sirviendo te".
Óleo sobre lienzo.
Firmado “C. Holsöe” en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 73 x 60 cm.; 86,5 x 74 cm.(marco).
Esta pintura recrea el espíritu íntimo y silencioso de las pinturas de Carl Holsoe. En una habitación de tonos cálidos y paredes desnudas, una mujer de espaldas se convierte en el centro de la escena. Su vestido blanco, largo y ligero, deja entrever la sutileza de las transparencias en las mangas, capturando la luz con delicadeza. El cabello recogido en un moño firme aporta una sensación de quietud y recogimiento.
El mobiliario (una mesa y una cómoda de madera oscura, posiblemente caoba) dialoga con la figura de manera equilibrada, aportando el sentido compositivo característico del artista. Sobre los muebles, pocos objetos: un jarrón de flores, una lámpara de aceite, una sopera y una fuente que evocan la vida doméstica sin romper la atmósfera de contemplación. La luz, suave y difusa, entra desde un punto fuera del cuadro y se posa sobre la pared, envolviendo a la mujer en un halo que resalta su presencia sin desvelar su identidad.
Todo en la escena transmite un tiempo suspendido, donde la intimidad, el orden y el silencio se transforman en protagonistas invisibles, fieles al mundo pausado y melancólico que Holsoe supo capturar con maestría.
Artista especializado en escenas de interiores domésticos, Carl Holsoe estudió en la Real Academia Danesa de Bellas Artes en Copenhague (1882-1884) y luego en la Kunstnernes Frie Studieskoler con Peder Severin Krøyer. Recibió varios estipendios de la academia, en un caso para visitar Italia en 1897. Debutó en la Exposición de diciembre de 1886 en Charlottenborg. De 1888 a 1910 y de 1922 a 1933 expuso en la Exposición de Primavera de Charlottenborg, y en 1909 y 1914 en la Exposición de Otoño. Participó en la Asociación de Exposiciones Nacionales de Arte y fue miembro de la junta directiva de la Asociación de arte Gammel Strand de 1902 a 1905 y de 1909 a 1911. Recibió numerosos galardones, como la medalla de oro en Munich. Su estilo fue aclamado por la crítica danesa del momento, que incluso lo llegó a comparar con los maestros holandeses del siglo XVIII.