SIMONE RAMEL (París, Siglo XX – Nancy, 2013).
"Retrato infantil"
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 73 x 54 cm; 80 x 60 cm (marco).
Pintora que fue madre del también pintor Pierre Ramel,. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Nancy. Participó en el Salón de Nancy y expuso en París, provincias y en el extranjero. Fue miembro del Salón de Otoño. Artista muy activa, fundó el Salón de las Mujeres Pintoras en Nancy, así como un curso gratuito de dibujo nocturno. Entre sus distinciones se incluyen el Premio de las Mujeres Pintoras de París, las Palmas Académicas, la Gran Medalla de Oro de la Ciudad de Nancy y el Premio Arslonga de París. Fue vicepresidenta de los Artistas de Lorena y de los Amigos de las Artes.
Como en el resto de Europa, el retrato se convirtió en el siglo XIX en el género protagonista por excelencia de la pintura española, como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se implantaron en el mundo occidental a lo largo de esta centuria, encarnando la expresión máxima de la transformación del gusto y la mentalidad de la nueva clientela, surgida entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que tomaría las riendas de la historia en este periodo. Mientras los círculos oficiales dieron preponderancia a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y el incipiente coleccionismo alentó la profusión de los cuadros de costumbres, el retrato acaparó la demanda de pintura destinada al ámbito más privado, como reflejo del valor de lo individual en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para su disfrute reservado en la intimidad de un estudio, al calor cotidiano de un gabinete familiar o presidiendo los salones principales de la casa.
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