Escuela española; primera mitad del siglo XX.
"Florero", 19747.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 70 x 60 cm.
El bodegón en la pintura española de la primera mitad del siglo XX experimentó una notable renovación formal y conceptual. Sin abandonar la sólida tradición heredada del Siglo de Oro, muchos artistas incorporaron lenguajes modernos —del postimpresionismo al realismo renovado e incluso al cubismo y al arte noucentista— para reinterpretar los objetos cotidianos. La composición tendió hacia una mayor simplificación estructural, con especial atención a la geometría, la relación entre volúmenes y la organización del espacio pictórico. Al mismo tiempo, se acentuó el interés por las calidades matéricas y por una luz que, más que describir, construye atmósferas introspectivas. En este contexto, el bodegón se consolidó como un género privilegiado para la experimentación plástica, permitiendo a los pintores articular un diálogo entre tradición y modernidad sin perder el rigor técnico que caracterizaba a la escuela española.
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