ELISEO MEIFREN ROIG (Barcelona, 1859 – 1940).
“Jardín Casa Palma”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho, titulado al dorso.
Medidas: 58 x 66 cm; 78 x 85 cm (marco).
En esta obra, Meifrén plasma un jardín de apariencia asilvestrada, donde la naturaleza crece libre y espontánea. En primer término, sobre una peana o pilar encalado, reposa un jarrón azul que resplandece con su ramo de flores, erigiéndose como centro de atracción visual en medio del verdor. A un lado, un árbol despojado de flores (o apenas insinuando sus primeros brotes) se alza con aire contenido. Tras él, se advierte el perfil lejano de unas casas, y más allá, la inmensidad del Mediterráneo, que se abre al horizonte como fondo luminoso de la composición. La escena combina la intimidad de lo doméstico con la vastedad del paisaje, en un equilibrio de lo cercano y lo lejano, de lo cultivado y lo natural.
Discípulo de Antonio Caba en la Escuela de La Lonja de Barcelona, tras finalizar sus estudios pasa un tiempo en París, donde coincide con el inicio público del impresionismo y conoce la pintura “à plen air”. Regresa en 1879 a Barcelona y, ese mismo año, obtiene la medalla de oro en la Exposición Regional de Valencia. Al año siguiente debuta individualmente en la sala Parés de Barcelona, donde seguirá exponiendo con regularidad desde entonces. Formó parte del grupo de los modernistas, y frecuentó Els Quatre Gats. Aunque también se dedicó al retrato, Meifrèn fue eminentemente paisajista y marinista. Fue uno de los descubridores de las posibilidades pictóricas de Cadaqués, y también solía pintar los paisajes mallorquines (fue director de la Escuela de Bellas Artes de Palma). Realizó diversos viajes en busca de nuevos paisajes, sobre todo a Francia pero también a Canarias, Bélgica, Italia y Estados Unidos. Realizó exposiciones en Barcelona, Madrid (1881), Chicago (1893), París (1899), Bruselas (1910), Santiago de Chile (1910), Buenos Aires (1910), Ámsterdam (1912) y San Francisco (1915), entre otras muchas ciudades de todo el mundo. Su estilo partió del realismo detallista que dominaba a finales del XIX en la escuela catalana, para ir poco a poco evolucionando hacia el impresionismo, un lenguaje que no será del todo evidente en su obra hasta sus últimos años. A lo largo de su carrera Eliseo Meifrèn obtuvo multitud de premios, entre los que destacan las primeras medallas en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid (1906) y en la de Barcelona (1896), el premio Nonell de la ciudad condal (1935), la medalla de bronce en la Exposición Universal de París (1888) y los grandes premios de las Exposiciones Internacionales de Buenos Aires (1910) y San Diego (1916). En 1952, el Ayuntamiento de Barcelona le dedicó una muestra retrospectiva, celebrada en el Palacio de la Virreina. Actualmente está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el de Arte Contemporáneo de Barcelona y el Thyssen-Bornemisza, entre muchos otros.