MARIANO MONTOYA (Ciudad Real, 1950).
Sin título.
Acuarela sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior
Medidas: 100 x 70 cm; 113 x 82,5 cm (marco).
Pintor de formación autodidacta, Mariano Montoya desarrolla un lenguaje de técnica depurada, realista, de factura lisa y especialmente brillante en los colores y en la descripción. Sus temas son amplios, desde enigmáticas composiciones orientalistas o carnavalescas hasta sus admiradas marinas, siempre captadas con un personal sentido cromático y lumínico. Para Montoya, el preciosismo en el realismo que cultiva es el elemento esencial que determina las atmósferas mágicas y oníricas que definen su obra. Así, apoyándose en su sólida técnica y en su imaginación, este pintor plasma mundos imposibles, imaginarios, invisibles, cuentos cargados de belleza. No obstante, su carrera se vio interrumpida por la muerte de su hermano, momento desde el cual Montoya pintará sólo para particulares y coleccionistas, como el torero Palomo Linares, manteniéndose alejado de un panorama artístico en el que nunca se llegó a integrar del todo.
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