Reloj Carlos X: c. 1820-1830.
Bronce dorado y pavonado.
Conserva campana.
Medidas: 38 x 19 x 10 cm.
Reloj Carlos X en bronce dorado y pavonado, diseñado con una concepción escultórica. Apoyado sobre cuatro patas el cuerpo se alza a modo de pedestal que da paso a un arco flanqueado por columnas de orden compuesto, con una hornacina dominada por la presencia de Leda y el cisne. Remata la escena la propia esfera del reloj con numeración romana en negro sobre base de bronce y agujas estilo bruguet.
Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.