Reloj de sobremesa; Luis Felipe, Francia, c. 1830.
Bronce dorado al mercurio y plateado.
suspensión de hilo de seda con péndulo.
No conserva llave.
Sello en la maquinaria “Roblin à Paris”.
Falta vidrio trasero.
Medidas: 50 x 38 x 14 cm.
Reloj de sobremesa de procedencia francesa, ejecutado en bronce dorado y plateado, elaborado hacia comienzos del siglo XIX. La pieza se distingue por una composición escultórica de notable teatralidad: un jinete de aspecto oriental, ataviado con ropajes exóticos y armado con un sable curvo, se representa montado sobre un caballo encabritado, capturado en pleno movimiento, lo que confiere dinamismo y tensión a la escena. Esta representación responde tanto al imaginario romántico europeo como a la fascinación por lo exótico característica del gusto decorativo del período.
La base, de formas clásicas, está ricamente ornamentada con una sucesión de palmetas finamente cinceladas, en un trabajo de gran precisión técnica que evidencia la pericia de los broncistas parisinos del periodo Imperio.
Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó.