Fragmento de capa eclesiástica, siglo XVI.
Medidas: 42 x 21 cm; 62 x 42 cm. (marco).
La capa (pluvial) fue en la antigüedad un manto abierto con una capucha, cappa, procedente del uso secular. Parece que fue llevada especialmente por los canónigos en el coro (cappa choralis); se recomendaba para las procesiones como protección contra la inclemencia del tiempo (cappa pluvialis, pallium pluviale, de ahí la designación pluvial). Se abrió paso en el uso litúrgico, siendo obligatoria para servicios especiales, como las vísperas (manto de vísperas). También se convirtió en una indumentaria del rango episcopal (cappa pontificalis) con elaborada ornamentación. La capa recuerda a la casulla, pero está abierta en el frente y se sujeta en el pecho por un broche. Hacia la Edad Media la capucha desapareció gradualmente, transformándose finalmente en una pequeña prenda de tela con decoración (clipeus), que colgaba en la espalda. Por otro lado, se añadió posteriormente una cola a la capa episcopal.