Escuela de ANNIBALE CARRACCI (Bolonia, 1560 – Roma, 1609)
“Jóvenes riendo”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas y restauraciones.
Medidas: 44 x 50 cm; 58 x 63 cm (marco).
Es reseñable la presencia de un retrato doble en esta obra, ya que no solía ser una representación habitual en la época. En la pintura el artista, dispone a los dos caballeros en un formato cuadrado de fondo neutro y oscuro, que aporta un gran protagonismo a la figura de los protagonistas, huyendo así de cualquier elemento anecdótico que no forme parte de las figuras principales. Cada uno de los personajes se dispone en las zonas laterales de la composición, copando en cierto modo el centro de la escena ya que no existe una gran distancia entre ellos. Uno de los jóvenes mira directamente al espectador, mientras que el otro dirige su vista hacia el compañero, también sonriendo. Estas actitudes picaras, sumadas a las vestimentas que se pueden apreciar, nos indican que se trata de muchachos que pertenecen a un estamento bajo, siendo así un retrato con cierto aire costumbrista, muy de moda en la época. De hecho, es interesante relacionar esta obra con la pintura denominada La carnicería, realizada por Annibale Carraci, entre 1580-1590, y que hoy día pertenece a la colección de la Galería Colonna de Roma. La conexión de Carraci con Vicenzo Campi y el pintor Passaroti dio lugar a una gran influencia e interés del artista por la captación de este tipo de temáticas de género. Una temática en la cual el artista empleaba un estilo más rudo en relación a sus obras más clasicistas. Armonizando así entre la estética y el tema al que se dedicase.
A comienzos del siglo XVII, al tiempo que Caravaggio alumbraba su ruptura de los convencionalismos manieristas e incluso renacentistas, en Bolonia surgía, de la mano de Carracci, un nuevo modo de entender la pintura que habitualmente viene siendo denominado "eclecticismo". Pretendía integrar lo mejor de cada maestro, en especial Miguel Ángel, Rafael, Tiziano, Veronés y Correggio. Sin embargo, la personalidad de Annibale Carracci le llevó a evolucionar hacia un clasicismo muy personal, que no desdeñaba ciertos logros caravaggiescos.