Escuela flamenca del siglo XVII.
“Anciana”.
Óleo sobre lienzo.
Certificado al dorso.
Medidas: 73 x 59,5 cm.
Escena de marcado realismo en la cual el autor nos presenta un retrato descarnado envuelto en la penumbra, en la que resalta el busto largo de una mujer anciana. Siendo un modelo extraído de las calles, el autor ha sacralizado la figura de una campesina convirtiéndola en protagonista de una pintura ruda y descarnada que apela al espectador y le enfrenta a una realidad que suele ser obviada. La mujer ha sido retratada con tan solo un candil en su mano, de este modo el retrato adquiere una gran profundidad psicológica, que se refuerza con el gesto de la cara y el cuerpo, presentándose la anciana, cansada pero a la vez expectante al escrutinio de la mirada del espectador.
Durante el siglo XVII fueron especialmente valorados las representaciones de las clases más desfavorecidas de la sociedad (mendigos, pordioseros, campesinos, enanos y vagabundos), y de los oficios más humildes, figurados con una gran dignidad y realismo. Esta corriente se extendió en todos los ámbitos artísticos, tanto en la pintura del siglo XVII se refleja esa idiosincrasia propia del barroco celebrada a través de los opuestos, que hacia convivir en el mismo espacio a las personalidades más granadas de la época con las clases más bajas.