"Llibre Verd de Barcelona", 2004.
Editorial Base.
Edición limitada.
Ejemplar numerado 325/1198.
En estuche de madera original.
Presenta marcas de uso.
Medidas: 12,5 x 29 x 40 cm. (libro); 42 x 14,5 x 30 cm. (caja).
El Libro Verde de Barcelona, códice manuscrito del siglo XIV, conservado en el Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, reúne los privilegios que regían la vida municipal de la capital catalana en la Edad Media. Además de un gran interés por los historiadores, el Llibre Verd tiene un altísimo valor simbólico para los barceloneses. La belleza de las miniaturas y las letras capitales le otorgan además un excepcional interés como obra de arte y hacen de ella una de las piezas más preciadas de los códices catalanes que se han conservado. La edición facsímil del Libro Verde, publicada en 2004, es una de las realizaciones editoriales más extraordinarias en la historia de la edición en Cataluña. Editorial Base quiere poner al alcance de todos la edición del estudio del libro facsímil del Libro Verde de Barcelona.
El Libro Verde de Barcelona tiene un doble valor, histórico y simbólico. En primer lugar, es un instrumento, una fuente documental al servicio de los historiadores que quieren estudiar el pasado barcelonés. El campo temático que permite conocer es muy amplio. Abarca aspectos políticos e institucionales relacionados con el regimiento de la vida municipal de la capital catalana, pero también cuestiones de tipo social, económico y cultural. Y otros de naturaleza muy plural. Tiene también un interés codicológico y artístico.
Pero, para los barceloneses, el Llibre Verd es asimismo un símbolo que evoca un pasado centenario de vida en libertad, durante el cual Barcelona, además de irse edificando a sí misma, día a día, tuvo un papel decisivo en la construcción de una realidad nacional, de la que fue, desde la alta Edad Media, la cabeza y casal, o, por decirlo con palabras menos nuestras, el eje vertebrador de un conjunto, no menos importante, que llamamos Cataluña. Este alto valor simbólico del Libro Verde se ha expresado, durante siglos, en que haya sido el receptor físico del juramento o promesa de los concejales de la ciudad —de aquellas personas designadas a dedo durante muchas décadas, y de los elegidos de forma democrática por los ciudadanos de Barcelona, desde hace poco— a la hora de asumir el cargo de servir a la colectividad que les había sido encomendada.