HENRI REGNAULT PHILIPPE SAUVAN-MAGNET (París, 1843 - Buzenval, 1871).
“Salomé”, 1870.
Óleo sobre lienzo.
Presenta buen estado de conservación.
Firmado, fechado y localizado (Roma) en la zona superior izquierda.
Medidas: 26 x 17 cm; 50 x 41 cm (marco).
El personaje bíblico de Salomé ha sido motivo de observación y estudio a lo largo de la historia. Se trata de un personaje que ha trascendido los siglos entrando a formar parte de la tradición iconográfica occidental. Por ello, se pueden encontrar diversas características iconográficas, pues, a medida que literatos y estudiosos del arte comenzaron a representar a esta princesa judía, fueron surgiendo distintas características que conformarían un generoso vocabulario visual propio de ella. Durante el siglo XIX la figura de Oscar Wilde retomaría la figura de Salomé, a quien dotaría de un nuevo significado, siendo reconocida como una femme fatale, siendo introducida en una atmósfera de fantasía, amor, locura y sufrimiento, acompañados por un sentimiento trágico y fatalista.
En esta imagen se puede observar una mujer bella ante un fondo dorado, representada con una vestimenta oriental, estética de uso frecuente durante este siglo, pues anteriormente era costumbre representarla mediante las vestimentas propias de la época; Salomé, sentada y en posición relajada, sostiene una bandeja y una daga, elementos que le servirán en su crimen ante Juan Bautista, cuya muerte le es requerida por su madre Heredia.
Esta obra en particular sigue los patrones de aquella realizada por Henri Regnault Philippe Sauvan-Magnet en 1870, quien inicialmente representó a esta modelo italiana como una mujer africana. Con el pelo rizado, la ropa desordenada, acaba de bailar para su padrastro Herodes, gobernador de Judea. El plato y el cuchillo aluden a su recompensa: la cabeza cortada de Juan el Bautista.