Círculo de Juan Martínez Montañés; s. XVII.

Círculo de JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS (Alcalá la Real, Jaén, 1568 – Sevilla, 1649); principios del siglo XVII.
“Niño Salvator Mundi”.
Madera tallada y policromada.
Presenta restauraciones.
Medidas: 70 x 30 x 30 cm.
Talla de madera policromada que representa al Niño Jesús de cuerpo entero y desnudo, lo que indica que posiblemente iría originalmente vestido con ropas reales. La postura que adopta el cuerpo del Niño Jesús, se acerca a la tipología de Niño Triunfante, Salvador del Mundo, que simboliza la idea de Jesús hombre y salvador, señor de toda la Tierra, a la que redime con su muerte y resurrección. Se trata de una iconografía que conjunta el poder y la gracia divinas con la inocencia feliz y la humilde condición de Dios encarnado: la omnipotencia del Hijo, siendo un niño con el orbe en su mano, como un chiquillo con su pelota. Esta figuración se caracteriza, además, por el gesto de bendecir y la ausencia de toda huella dolorosa.
Esta obra se encuentra estilísticamente relacionada con el barroco español, revela una especial influencia del gran maestro de la escuela escultórica sevillana del XVII, Juan Martínez Montañés. El material preferido por Montañés fue siempre la madera policromada, contando para ello con la colaboración de grandes pintores, entre los que destaca Francisco Pacheco, maestro de Velázquez. Gozó de gran fama y popularidad, llegando a ser conocido en Sevilla como “el dios de la madera” y en Madrid como “el Lisipo andaluz”. Su arte, que transmitió a sus discípulos en su taller, se inspiró ante todo en el natural, denotando características más clasicistas, en ocasiones, que propiamente barrocas. No obstante, hacia el final de su carrera evolucionó en el camino de un realismo plenamente barroco. Formalmente destacan la elegancia y la armonía clásicas, base de las obras barrocas de influencia montañesina. Se trata, ante todo, de una obra plenamente naturalista, idealizada en cuanto al tema tratado, pero de un gran verismo y expresividad. En el entorno sevillano, el siglo XVII fue una época de enorme auge económico y, por tanto, también artístico