DESCRIPCIÓN
Excepcional icono ruso de la Escuela de Nóvgorod, siglo XIX.
“Santo Gran Mártir Jorge rodeado de 18 escenas de su vida “.
Témpera y levkas sobre tabla.
Restauraciones en las levkas y en algunas escenas pintadas. Se ha restaurado una grieta central en la altura vertical. Probablemente, el panel de madera original pudo haber sido reinsertado durante el siglo XIX en un panel de madera más reciente. Esta práctica común salvaba las partes antiguas de los iconos dañados y evitaba así la pérdida de imágenes sagradas.
Medidas: 117 x 80 cm.
En el excepcional icono que nos ocupa, los episodios de la vida de San Jorge se despliegan en seis registros. Todos ellos están dedicados en particular a las tentaciones a las que fue sometido y a los tormentos que sufrió por orden de Diocleciano, como la rueda de rotura que puede verse en el segundo registro, hasta su tortura final, que fue la decolación (la penúltima escena).
En el Museo Estatal de Arte de Nizhni Nóvgorod (Rusia) se conserva un icono muy similar (89,5 x 68 cm) que representa el milagro de Dmitri Solunski (del siglo XVI) (inv. nº 5). Otro icono del mismo tema (165 x 137 cm), que representa 20 escenas de la vida de San Jorge (del siglo XVI), se conserva en el Petit Palais de París (inv. PPP4907).
La escuela de Nóvgorod nació entre los siglos XI y XVI en Nóvgorod, y puede distinguirse en dos espacios de tiempo separados por la conquista mongola.
Mientras Rusia se encontraba en plena crisis artística, la Iglesia decidió invitar a artistas griegos para "elevar" el nivel iconográfico y estilístico. Así, este estilo produjo iconos en toda Rusia. Pero en Nóvgorod, como en otros lugares, el intercambio cultural no fue unilateral. Los pintores se vieron influidos por el arte del icono novgorodiano y ruso en general.
Así pues, los artistas de Nóvgorod conservaron la tradición bizantina al tiempo que introducían colores más claros, formas más planas, suavización de los rostros faciales y el uso creciente de una línea rítmica para definir la forma. Hasta principios del siglo XIV, la actividad artística estuvo dominada por la pintura mural. La introducción del iconostasio, que reunía todos los iconos expuestos en lugar de estar dispersos por todas las paredes de la iglesia, supuso un nuevo impulso artístico. Esta presentación requería una fuerte impresión general coherente, líneas rítmicas y colores armoniosos. Las figuras eran alargadas, lo que entonces se convirtió en la norma del arte ruso.
A finales del siglo XVI, la escuela de Moscú tomó el relevo de la de Nóvgorod.