Icono ruso del s. XIX

Icono ruso del siglo XIX.
"Crucifixión".
Madera policromada y bronce.
Cruz de bronce con esmaltes.
Medidas: 45 x 40 cm.
Escena de la crucifixión con la representación de Cristo expirante en bronce. De canon esquemático, se aloja en una cruz ortodoxa en cuyo triple brazo transversal se incluye la representación de la ciudad de Jerusalén, en la parte inferior, y dos arcángeles en la superior. El fondo de la cruz está revestido de esmaltes. En cuanto a los santos pintados en la madera, se distribuyen simétricamente en torno a la cruz. Presiden la escena San Juan y la Virgen, como es usual en la iconografía de la Pasión. En cada nimbo viene identificado el personaje. La ciudad, de nuevo, es representada en el fondo. El pan de oro de se reduce a los nimbos, mientras que para resolver las indumentarias y las casas han sido empleados brillantes pigmentos, de contrastados efectos. Dos advocaciones marianas presiden la parte superior.
Los iconos no pueden compararse con otras obras de arte en el sentido habitual de esta palabra. No son cuadros, porque no reproducen motivos de la realidad; no representan, sino que constituyen en sí mismos otro mundo. Y lo hacen con medios de representación especiales, desarrollados a lo largo de los siglos. En ellos, el color desempeña un papel significativo, el de un lenguaje simbólico que debe expresar no el color de las cosas, sino su luminosidad, una luz que procede de más allá del mundo físico.