Escuela francesa del último tercio del s. XVIII

Escuela francesa; Último tercio del siglo XVIII.
“Paisajes”.
Óleos sobre lienzos.
Presentan etiquetas de enmarcación al dorso.
Medidas: 58,5 x 98 cm (x2); 69 x 112 cm (marco, x2).
El pintor nos ofrece en ambas imágenes un paisaje rural, que en gran medida se encuentra idealizado. Los dos muestran el interés del artista por captar las aguas de un tranquilo lago o mar que se convierte en gran medida en protagonista de los dos paisajes. El celaje se encuentra fuertemente iluminado por una luz brillante, dorada que aporta una gran calidez a las obras. De hecho, el propio uso que ha hecho aquí el autor de la luz transmite una atmósfera de neblina, como de ensueño, que invita al espectador a meditar y a contemplarse a sí mismo en el paisaje. Las tonalidades salpicadas en la hierba, las ramas de los árboles cubiertas de hojas, así como la radiante luz y el tono despejado del celaje, invitan a pensar en un caluroso día de verano. El artista ha creado en cada obra una composición de gran equilibrio y clasicismo, e integra algunas aportaciones pictóricas de carácter personal como por ejemplo el interés por la captación lumínica, atmosférica, y la detallada que se desdibuja en algunos casos. En los dos lienzos se encuentra reflejada la presencia de figuras humanas, aunque bien es cierto que en uno de ellos dicha presencia es mayor; tanto en número, como en protagonismo. Ejemplo de ello son los remeros de una barca, y las dos figuras que se sitúan en la zona izquierda de la composición, destacando uno de los personajes por su llamativa casaca roja. Sin embargo, en la otra imagen solamente se encuentran dos personajes que apenas se perciben debido a sus pequeñas dimensiones. Característica que indica la gran relevancia de la captación del paisaje, respecto a la representación de la figura humana.

Por su estética las obras presentan cierta inspiración proveniente de la obra de Joseph Vernet, quien debió iniciar su formación junto a su padre, el también pintor Antoine Vernet, y más tarde ingresará como aprendiz en el taller de Philippe Sauvan, donde se dedicará principalmente a la pintura religiosa. Posteriormente pasará a ser discípulo de Jacques Vialia, en cuyo taller de Aix-en-Provence despertará su interés por los paisajes, género al que consagrará desde entonces su obra. Por estos años realizará sus primeras obras como pintor independiente. Vernet finalizó en Italia su formación artística, realizando dibujos de arte antiguo, y de hecho permanecerá veinte años allí. La vista del mar en Marsella y su viaje a Civitavecchia despertarán su pasión por los temas marinos, llevándole a ingresar en el taller del pintor de marinas Bernardino Fergioni. Desarrollará desde entonces un lenguaje especialmente sensible a los efectos atmosféricos, gracias a la detenida observación del natural, caracterizado además por la perfecta integración de la figura humana en el paisaje. Actualmente está representado en museos de todo el mundo, entre ellos el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre y la National Gallery de Londres.