Escuela italiana; primera mitad del s. XVIII.

Escuela italiana; primera mitad del siglo XVIII.
“Putti”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas y restauraciones.
Medidas: 97 x 131 cm.
En esta escena de época barroca, dos querubines de rollizos cuerpos modelados por el claroscuro juguetean en un campo donde se puede apreciar una gran vasija de inspiración clásica, sobre la que se apoya uno de los protagonistas de la escena. Ambos querubines parecen jugar, mientras que el que se encuentra de pie en el centro de la escena, le acerca unas ramas, el otro parece rechazarlas, intentando llamar la atención del otro señalando hacia un punto que queda ajeno a la vista del espectador. La obra destaca por la inocencia que desprenden los personajes, al tratase de dos niños, y el decorativismo que queda patente no solo por la elección de una temática confortable, sino por la profusión del paisaje en el que ambos quedan inscritos. Estilísticamente, se puede apreciar tanto una intención por parte del artista de mostrar una anatomía naturalista como el mantenimiento de la idealización que corresponde a esas figuras religiosas, de rasgos finos. Se puede apreciar tanto una intención por parte del artista de mostrar una anatomía naturalista como el mantenimiento de la idealización que corresponde a esas figuras religiosas.
La pintura barroca es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más hondos que en él anidaban. Quebrantada la economía del Estado, en decadencia la nobleza y cargado de fuertes gravámenes el alto clero, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares los que impulsaron su desarrollo, siendo costeadas las obras en ocasiones mediante suscripción popular. La pintura se vio así abocada a plasmar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en el que la doctrina contrarreformista exigía al arte un lenguaje realista para que el fiel comprendiera y se identificara con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para incrementar el fervor y la devoción del pueblo. El asunto religioso es, por consiguiente, la temática.