Louis Robert Carrier Belleuse

LOUIS ROBERT CARRIER BELLEUSE (París, 1848- 1913).
“Trovador descansando”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 54 x 73,5 cm; 67 x 86 cm (marco).
Lienzo que representa a un joven paje en un interior lujoso, rodeado de jarrones japoneses. La escena está tratada con gran refinamiento técnico y una sensibilidad propia del arte decorativo de finales del siglo XIX, destacando tanto por la calidad del dibujo como por la minuciosidad con la que se han representado los objetos y texturas, especialmente las porcelanas orientales, cuya presencia en la composición alude al gusto europeo por el japonismo, una corriente estética que influyó profundamente en las artes decorativas y pictóricas de la época.
El autor de la obra, Louis Robert Carrier-Belleuse fue una figura representativa del arte francés de transición. Pintor de escenas de género y paisajes urbanos, así como escultor notable, Carrier-Belleuse pertenecía a una destacada familia de artistas: fue hijo del renombrado escultor Albert Carrier-Belleuse, y hermano del pintor Pierre Carrier-Belleuse. Su formación artística se desarrolló inicialmente en el taller de su padre y luego continuó bajo la tutela de Alexandre Cabanel y Gustave Boulanger en la École des Beaux-Arts de París, lo cual se refleja en la solidez académica de su estilo y en la elegancia compositiva de sus obras.
Debutó como pintor en el Salón de París de 1870, aunque más tarde se volcó casi exclusivamente a la escultura, disciplina en la que expuso regularmente entre 1889 y 1912. Su carrera fue reconocida con una mención honorífica en 1887, una medalla de plata en la Exposición Universal de 1889, y fue nombrado Caballero de la Legión de Honor, uno de los máximos reconocimientos otorgados por el Estado francés. Además de su labor como artista independiente, Carrier-Belleuse desempeñó un papel relevante como director artístico de la fábrica de loza de Choisy-le-Roi, para la que diseñó modelos ornamentales.
En su producción pictórica, Louis Robert Carrier-Belleuse se caracteriza por una representación minuciosa y casi fotográfica de escenas cotidianas del París de su tiempo. Esta atención al detalle y a la vida urbana se combina en algunas de sus obras con un gusto por el exotismo y el refinamiento burgués, como se evidencia en el lienzo aquí descrito.