Juego de 3 placas cerámicas de estufa. Posiblemente Alemania, segunda mitad del s. XVI

Juego de 3 placas cerámicas de estufa. Posiblemente Alemania, segunda mitad del siglo XVI.
"Calvario", "Busto femenino" y "Busto masculino".
Calvario firmado con iniciales.
Presenta pérdidas.
Medidas: 19 x 16 x 2 cm.; 30 x 21 x 2 cm.

Estas tres placas cerámicas de estufa, presumiblemente originarias del ámbito germano o austríaco del siglo XVI, constituyen un destacado ejemplo de la cerámica esmaltada renacentista del norte de Europa. Las piezas muestran figuras en bajorrelieve sobre fondos planos de un intenso verde esmeralda vidriado. La primera placa representa a Cristo crucificado, flanqueado por las figuras de la Virgen María y San Juan Evangelista, en composición frontal. Las carnaciones están tratadas con un delicado tono crema, que contrasta con los ropajes de vivos colores: túnicas en naranja y mantos en azul o morado. Las otras dos placas contienen retratos de perfil inscritos en tondos, siguiendo una iconografía de claro ascendiente numismático romano. Las placas laterales, que representan sendos bustos, podrían aludir a dioses grecorromanos

Las estufas cerámicas del siglo XVI solían ser objetos grandes, cuyo valor trascendía su mera función de calefacción. Poseer una de estas piezas confería un cierto prestigio social, más allá de su uso en residencias particulares. Esta consideración explica el desarrollo de complejos programas iconográficos en sus placas a lo largo de este siglo. Los repertorios temáticos eran variados y buscaban transmitir mensajes concretos: desde la representación de los Vicios y las Virtudes, hasta los bustos de figuras históricas, científicas y artísticas ejemplares; pasando por escenas bíblicas y mitológicas, las Edades del Hombre y los Astros que supuestamente gobernaban el destino humano.

La creación de estas estufas involucraba una colaboración entre ceramistas y entalladores en la que los talleres de cerámica encargaban a estos últimos la elaboración de modelos en relieve tallados en madera. Estos modelos servían para crear los moldes a partir de los cuales se obtenían las placas cerámicas. Al tratarse de un proceso costoso y prestigioso y, a pesar de estar prohibido, era frecuente la práctica de obtener moldes directamente de placas cerámicas ya fabricadas para copiarlas. Estas copias se distinguen por tener dimensiones ligeramente menores debido a la contracción de la arcilla durante la cocción. Se conocen casos de grabadores de renombre que trabajaron con diversos gremios, incluyendo el de la orfebrería y el de los estuferos, aportando repertorios y diseños. Este era un trabajo de prestigio, lo que llevaba a algunos grabadores a firmar sus creaciones en las estufas utilizando los mismos monogramas que empleaban en sus grabados.