Frédéric Auguste Bartholdi

FRÉDERIC AUGUSTE BARTHOLDI (Colmar, 1834-París, 1904).
"Les sept souabes, le maire était un lievre”.
Bronce patinado.
Firmado.
Medidas: 25 x 39 x 19 cm.

La leyenda de los siete suabos es uno de los cuentos populares alemanes recopilados por Ludwig Bechstein en su Märchenbuch (Libro de cuentos), muy famoso al otro lado del Rin. La historia trata de siete ingenuos aldeanos deseosos de cubrirse de gloria con una hazaña digna de los trabajos de Hércules. Decidieron matar al horrible monstruo que, según se convencieron, sembró el terror en los campos circundantes.

Armados con una larga pica, partieron al encuentro del dragón. De repente, dos orejas asomaron detrás de un arbusto: las de una liebre, que salió corriendo asustada. Desanimados, los compañeros regresaron a sus casas, donde fueron muy mal recibidos por sus mujeres.

En este grupo escultórico, Frédéric Auguste Bartholdi recoge la anécdota y le imprime un sello personal basado en su ingenio narrativo y dominio técnico para volcar en el bronce la frescura de la anécdota popular. Se sabe que Bartholdi poseía un ejemplar de la 12.ª edición del Märchenbuch, publicada en Leipzig en 1853. Se trataba también de la primera, ilustrada con 174 grabados en madera basados en los dibujos de Ludwig Richter (Dresde, 1803-1884), figura destacada del arte gráfico del romanticismo alemán. La escultura de Bartholdi reprodujo, en bulto redondo, con variaciones y creatividad en los detalles, el grabado de Richter que ilustraba el cuento de los Siete Suabos.

Frédéric Auguste Bartholdi fue un escultor y pintor francés. En 1853, Bartholdi presentó un grupo escultórico con el tema del Buen Samaritano al Salón de París de 1853. La estatua fue recreada posteriormente en bronce. Dos años después de su debut en el Salón, su ciudad natal, Colmar, le encargó la escultura en bronce de Jean Rapp, general napoleónico. En 1855 y 1856, Bartholdi viajó por Yemen y Egipto con compañeros de viaje como Jean-Léon Gérôme y otros pintores "orientalistas". El viaje despertó el interés de Bartholdi por la escultura colosal.En 1869, Bartholdi regresó a Egipto para proponer la construcción de un nuevo faro a la entrada del Canal de Suez, recién terminado. El faro, que iba a llamarse Egipto lleva la luz a Asia y tenía la forma de una enorme figura drapeada que sostiene una antorcha, no se encargó. Tanto el jedive como Lesseps rechazaron la propuesta de estatua de Bartholdi, alegando su elevado coste.