Antoine-Louis Bayre

ANTOINE-LOUIS BARYE (1796-1875).
“Alce sorprendido por un lince”, c.1880.
Bronce con patina verde y base de madera.
Firmado en la base «A.L. Barye».
Fundición antigua.
Medidas: 26 x 33 x 14 cm (con peana).
Esta escultura cargada de tensión y dinamismo captura el instante preciso en que un alce, de porte majestuoso y musculatura poderosa, reacciona con sobresalto ante la inminente amenaza de un lince al acecho. La composición transmite una fuerza contenida: el alce gira con brusquedad la cabeza, sus patas marcadas y tensas, mientras el lince encarna la agilidad y la ferocidad del depredador.
Barye demuestra aquí su virtuosismo técnico y su profundo conocimiento de la anatomía animal, resultado de años de estudio en el jardín des Plantes de París.
En el panorama artístico del siglo XIX, Antoine-Louis Barye se erigió como una figura prominente, destacándose por su excepcional talento en la escultura animalista. Su dominio en la representación de animales lo convirtió en uno de los escultores más solicitados de su época. Aunque es reconocido por sus representaciones de animales, su obra abarcó una gama más amplia de temas, como la mitología. Inició su formación junto a su padre, orfebre, y posteriormente la amplió con los maestros François Joseph Bosio y Antoine-Jean Gros, en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, donde ingresó en 1818. Tuvo su propia fundición, colaboró con Viollet-le-Duc en un proyecto encargado por Napoleón III y fue maestro de Auguste Rodin.
Presentó sus obras en el Salón de París, y realizó monumentos como el “León con serpiente” del Jardín de las Tullerías (1833), encargo del rey. Actualmente está representado en el Museo del Louvre y el de Orsay en París, la National Gallery de Londres, el Hermitage de San Petersburgo, el Albertina de Viena, el Art Institute de Chicago y el Smithsonian de Washington D.C., entre otros museos de todo el mundo.