José María Sert

JOSÉ MARÍA SERT (Barcelona, 1874 - 1945).
“Títeres”. Boceto para las pinturas del comedor de Harrison Williams, 1933.
Óleo sobre lienzo.
Otro boceto similar aparece catalogado en “José María Sert. Su vida y su obra”, Alberto del Castillo, Librería Editorial Argos S.A., fig. 65, pág. 224
Medidas: 37 x 18 cm; 49 x 28 cm (marco).
Siguiendo las afirmaciones que Alberto del Castillo realiza en su libro “José María Sert. Su vida y su obra” junto a Alexandre Cirici, “En 1933 José María Sert dejó colocada la decoración del comedor de la casa de Mr. Harrison Williams, en Nueva York, para quien ya había pintado en 1926 la decoración de su pabellón de Tenis en Long Island. El tema escogido para los cinco paneles que integraron esta decoración fue la evocación de España, que el artista resolvió en forma de fingidos balcones poblados por tipos pintorescos. El escenario del balcón, utilizado en forma ampulosa por los grandes artistas venecianos, había recibido con Goya su consagración realista, en el sentido que más tarde imitaría Manet. Sert supo hacer suyo el tema, dándole un nuevo giro, sin caer en el pastiche de españolada de los pompiers actuales que han querido imitar la solución goyesca. El carácter de estos balcones sertianos tiene mucho de artificio teatral inocente, de teatro de títeres, lo cual da cierta nota de ironía que cura de toda entonación pedante. Así, graciosos, casi de estilo de magazine, sin brizna de megalomanía, los balcones de este comedor sonríen, con entonaciones claras y variadas, sobre fondo gris. Su precedente inmediato son, sin duda alguna, los balcones del techo bonaerense de los columpios, en el palacio de Pereda, donde como aquí, se combina el balcón con la nota de las telas de color y cierta alusión a la indumentaria folklórica”.
Formado con Benito Mercadé y Pere Borrell, Sert fue socio del Círculo Artístico de Sant Lluc, y posteriormente discípulo de A. de Riquer. En 1900 Torras i Bages le encarga una gran decoración mural para la catedral de Vic, de la cual presentó esbozos y telas preparatorias en 1905 y 1907 en Barcelona y París, de los cuales esta pieza es un ejemplo. A través de sus exposiciones en el extranjero, pronto adquirió un extraordinario prestigio entre la aristocracia francesa e inglesa, para las cuales realizó suntuosas decoraciones. En 1908 decoró la Sala de los Pasos Perdidos del Palacio de Justicia de Barcelona, y en 1910 presentó en el Salón de Otoño de París la decoración mural del salón de baile del marqués de Alella (Barcelona) y decoró la sala de música de la princesa de Polignac en París. Dos años después expuso un importante conjunto en el Salón de la capital francesa. En los años siguientes trabajó para la reina Victoria Eugenia (Santander) y para Robert Rotschild (Chantilly).