Reloj de sobremesa “Cercle tournant”, Estilo Luis XV, Francia, Napoleón III, c. 1855

Reloj de sobremesa “Cercle tournant”, Estilo Luis XV
Francia, Napoleón III, c. 1855
Bronce dorado al mercurio, placa esmaltada de Sèvres y mármol blanco de Carrara
Maquinaria París, firmada “Vincent & Cie” y “Marquis Paris”
Suspensión brocot
Conserva llave de cuerda, con llave de regulación y péndulo
Firmado “Sieffert Sèvres Exposition”
Procedencia: Colección particular Marquesa de Silvela, fue un regalo de la Reina emérita Isabel II de España a la marquesa
Medidas: 80 x 88 x 34 cm.

Reloj de sobremesa francés, "Cercle tournant" estilo Luis XV, de época Napoleón III. Realizado en bronce dorado ormulu y porcelana de Sèvres, con basamento en mármol blanco de Carrara, y decoración de guirnalda de láureas, hojas de roble y cenefa de contario de perlas. Sobre él basamento se dispone el reloj en la caja de bronce ovalada decorado en el frente con una placa de Sevres esmaltada, con una escena galante, firmada "Sieffert Sévres Exposition'", flanqueada por dos amorcillos con guirnalda de flores trasera cincelada con motivos “a candelieri”. El remate de urna con palomas aloja el reloj “tournant”. Posee su maquinaria original París, de suspensión brocot y sonería sobre campana de aleación a las horas y medias, acuñada y firmada por Vincent & Cie. Con sello de la “Maison Marquis Paris”, y numerada.

La placa, realizada por Louis Eugéne Sieffert (1842 – 1929), pupilo de Claudius Marcel Popelin, reproduce una pintura de François Boucher, “Le pasteur galant”, creada para la sala de audiencias del Príncipe Hercule-Mériadec, Duque de Rohan, en el primer piso del Hôtel de Soubise. Posiblemente el autor se valiera de la estampa calcográfica de André Laurent, motivo por el que aparece invertido con respecto a la original.

Se representa una escena galante en un bosque, prescindiendo de las ruinas del original. El hombre cuelga una guirnalda de flores de una joven pastora; a sus pies reposan sus ovejas, así como su sombrero y su bastón.

Sieffert se labró una sólida reputación como pintor de porcelana gracias a sus brillantes actuaciones en las exposiciones universales parisinas junto a su esposa Annette-Eugénie Perrot.

Los relojes de bronce de sobremesa del siglo XIX fueron piezas clave en la decoración y el diseño de interiores, además de símbolos de estatus social y refinamiento. Elaborados con gran detalle y a menudo adornados con motivos artísticos, estos relojes no solo servían para medir el tiempo, sino que también reflejaban los avances técnicos y el gusto por la artesanía fina de la época. El bronce, un material duradero y estéticamente apreciado, permitía la creación de formas complejas y elegantes, integrando estilos como el neoclásico o el rococó, lo que los convertía en objetos altamente valorados en las residencias de la alta sociedad.