Atribuido a Sebastian de LLanos y Valdés

Atribuido a SEBASTIAN DE LLANOS Y VALDÉS (ca. 1605-1677).
"Cabeza de San Juan Bautista y San Pablo".
Pareja de óleos sobre lienzo. Reentelados.
Presenta algunas faltas en la pintura. Marcos dañados.
Medidas: 55 x 88 cm.; 69 x 93 cm.(marco).

Pareja de óleos de escuela barroca española, en los que se representa la cabeza cortada de San Juan Bautista y en una composición austera y dramática, centrada en la crudeza del martirio y la conversión del santo en mártir. Se aprecia la influencia del tenebrismo caravaggesco en el uso de luces contrastadas y sombras intensas, pero extremándose el pathos a través de una expresividad genuinamente española, sobre todo andaluza.

Pintor barroco español, activo en Sevilla y, al parecer, discípulo de Francisco de Herrera el Viejo, el estilo de Sebastián de Llanos Valdés muestra mucha influencia de Francisco de Zurbarán. Se le sabe Alcalde del Gremio de Pintores en Sevilla en 1653, y se le supone (según textos contemporáneos), con una holgada posición económica. Además, cofundó la Academia de Dibujo de San Lucas en 1660, junto con Murillo y Herrera el Mozo. Se conserva obra suya en la Catedral de Sevilla, además de unos Evangelistas monumentales en la Casa de Pilatos dela misma ciudad. El siglo XVII supone en la escuela sevillana la llegada del barroco, con el triunfo del naturalismo frente al idealismo manierista, una factura suelta y otras muchas libertades estéticas. En este momento la escuela alcanza su mayor esplendor, tanto por la calidad de las obras como por el rango primordial de la pintura barroca hispalense. Así, durante la transición al barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, en cuyas obras se manifiesta ya la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y Juan de Roelas, introductor del colorismo veneciano. A mediados de la centuria se produce la plenitud del periodo, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez. Finalmente, en el último tercio del siglo encontramos a Murillo y Valdés Leal, fundadores en 1660 de una Academia donde se formarán muchos de los pintores activos durante el primer cuarto del siglo XVIII, como es el caso de Meneses Osorio, Sebastián Gómez, Lucas Valdés y otros.