Escuela italiana; segunda mitad del s. XVII.

Escuela italiana; segunda mitad del siglo XVII.
“Escena clásica”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones.
Medidas: 65 x 130 cm.
Escena apaisada en la que se desarrolla un oscuro paisaje poblado de varios grupos de figuras, todas ellas situadas en un primer plano. En la zona izquierda de la composición se puede apreciar al protagonista de la escena, que destaca por su reluciente corona. Atributo que designa su protagonismo en el desarrollo de la escena. Dicho personaje se encuentra acompañado por otro de factura más sombría, ataviado con un manto oscuro y apoyado sobre la pala que porta en la mano. Junto a ellos, en la zona derecha, dos personajes permanecen caídos en el suelo, apenas apreciable por los desperfectos que presenta la obra. Finalmente, se puede observar otro grupo formado por tres personajes, que por sus actitudes son los más dinámicos de la escena, y un rostro que asoma entre los dos citados protagonistas. Estos dos ataviados con armadura y con sus armas. Uno de ellos, coronado, señala hacia el horizonte como indicando la ruta que deben seguir. A pesar de la oscuridad de la escena, y de la falta aparente de atributos que puedan definir la temática de la imagen, es posible que se trate de una escena recogida de las Sagradas Escritura.
La pintura barroca es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más hondos que en él anidaban. Quebrantada la economía del Estado, en decadencia la nobleza y cargado de fuertes gravámenes el alto clero, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares los que impulsaron su desarrollo, siendo costeadas las obras en ocasiones mediante suscripción popular. La pintura se vio así abocada a plasmar los ideales imperantes en estos ambientes, que no eran otros que los religiosos, en un momento en el que la doctrina contrarreformista exigía al arte un lenguaje realista para que el fiel comprendiera y se identificara con lo representado, y una expresión dotada de un intenso contenido emocional para incrementar el fervor y la devoción del pueblo. El asunto religioso es, por consiguiente, la temática.