Maestro caravaggista, Nápoles o Sicilia, primer cuarto s. XVII.

Maestro caravaggista, Nápoles o Sicilia, primer cuarto siglo XVII.
“Ecce Homo”.
Óleo sobre tela. Reentelado.
Adjunta los siguientes documentos:
- Carta de Maurizio Marini, Roma, experto en Caravaggio, de 2006.
- Informe técnico de Arte-Lab 2012 ("Relazione sul supralluogo").
- Estudio pictórico emitido por Roberta Lapucci, especialista en Caravaggio.
- Certificado de recepción de la obra. por Arte Lab. Centro de Estudios de Bienes Culturales. RayXArt.
- Email de John Gash (5 febrero 2009), de la Universidad de Aberdeen, Escocia.
Incluye CD con las radiografías de la obra.
Cuadro identificado como versión de alta calidad derivada del original de Caravaggio (perteneciente a la colección S.F. Cortez de Nueva York), situándose estilística y cualitativamente dentro del círculo cercano o seguidor del maestro lombardo.
En muy buen estado de conservación. Presenta ligeras reintegraciones en la boca y la oreja de Cristo.
Medidas: 80 x 99,5 cm; 106 x 125 cm (marco).

Los estudios iconográficos, estilísticos y técnicos reunidos sobre el Ecce Homo en licitación coinciden identificando a esta obra como una versión de gran interés artístico e histórico. Estamos ante una composición célebre y debatida: la misma configuración que se encuentra en el Ecce Homo del Palazzo Bianco de Génova (atribuido a Caravaggio) y en la versión de la colección S.F. Cortez de Nueva York (que Maurizio Marini considera el original). Partiendo de esta premisa se adjudica la autoría a un pintor del entorno de Caravaggio, posiblemente un discípulo o seguidor, activo en Nápoles o Sicilia a comienzos del siglo XVII.

La escena muestra el momento en que Poncio Pilato presenta a Cristo flagelado ante la multitud. La composición es cerrada, con figuras de tres cuartos sobre un fondo oscuro, centrando todo el dramatismo en las expresiones y gestos. La figura de Cristo es el eje central de la composición. Se destaca por un realismo crudo. Los detalles anatómicos son conmovedores: se observa la espina de la corona entrando en la carne de la frente y saliendo más abajo. El informe técnico destaca la maestría en la representación de la sangre en el hombro: la parte inferior es de un rojo más oscuro (sangre ya coagulada), mientras que la que brota es rojo vivo. Cristo muestra un sufrimiento contenido, con la mirada baja.

Tal como señala el experto John Gash, este Cristo presenta una anatomía y un rostro "demasiado idealizados" para ser un Caravaggio puro. A diferencia de los modelos habituales del maestro (que solían ser hombres de la calle, con pies sucios y rasgos toscos), este Cristo es de una belleza clásica, piel suave y pálida.

Pilato aparece vestido con ropas oscuras de funcionario de la época y un gorro o birrete negro. Su mano señala a Jesús con un gesto de presentación, mientras su rostro, vuelto hacia el espectador (o a la multitud invisible), muestra una expresión escéptica o interrogativa. El tratamiento de los ropajes y la captación psicológica son aspectos remarcables, plenamente caravaggistas.

El verdugo o sayón, situado entre Pilato y Cristo, tiene la función de colocar el manto rojo sobre los hombros de Jesús (la clámide púrpura de burla).Esto encaja con la observación de Gash de que las figuras secundarias están demasiado caricaturizadas en comparación con la serenidad de Cristo. Sin embargo, son de indudable calidad, recalcando el personaje situado en la parte central izquierda que puede corresponder al rostro del propio Caravaggio. Este es un recurso fue aplicado en diversas ocasiones por el maestro.

El claroscuro es el gran protagonista de la obra. La luz incide fuertemente sobre el torso desnudo de Cristo, destacando su vulnerabilidad. Destaca el rojo intenso del manto que cruza la composición, unificando visualmente a Pilatos (izquierda) con Cristo (derecha).

John Gash (de la University of Aberdeen) sugiere que el autor podría ser Alonzo Rodríguez (Messina, 1578-ca.1648), un pintor siciliano que se formó en Roma y absorbió el estilo de Caravaggio. Rodríguez es conocido por mezclar el tenebrismo de Caravaggio con un dibujo a veces más académico o idealizado en las figuras sagradas, lo que explica la "belleza" del Cristo frente a la crudeza del entorno. Además, su actividad en Sicilia coincide con la estancia de Caravaggio en la isla (hacia 1609), donde influyó en muchos artistas locales.

Alonzo Rodríguez se formó como pintor en su ciudad natal con Giovan Simone Comandè. Muy pronto hubo de trasladarse a Roma y Nápoles, donde entró en contacto con el estilo de Caravaggio y, especialmente, con las interpretaciones napolitanas del arte de Miguel Ángel Merisi. En su obra son particularmente evidentes las influencias de Battistello Caracciolo y Bernardo Cavallino. Tras su regreso a Messina pintó la Cena en Emaús, conservada en el Museo Regional, y La Última Cena, actualmente en el Ayuntamiento, buenos testimonios de su trabajo.

En cuanto al análisis técnico (Informe Art Lab), nos detalla cómo el cuadro presenta zonas reintegradas junto a la boca y la oreja de Cristo. Gracias a la radiografía se revela el dibujo subyacente de la pintura donde se aprecian correcciones lo que indica que no es una mera copia sino una reinterpretación con recursos propios del pintor.

Esta composición se vincula a menudo con el famoso concurso de 1605 organizado por Monseñor Massimi, donde compitieron Caravaggio, Cigoli y Passignano. Aunque el cuadro ganador de Caravaggio sigue siendo materia de debate (algunos dicen que es el de Génova, otros el de Madrid recién descubierto en 2024), la versión que licitamos pertenece a la línea compositiva del cuadro de Génova/Nueva York.

La carta de Maurizio Marini (experto en Caravaggio) fechada el 14 de mayo de 2006, es crucial para valorar esta pieza: Marini afirma categóricamente que la versión en licitación es de "calidad superior" a la expuesta en la reseña de Barcelona y mostrada en TV3, a la cual califica de copia modestisima. Marini sitúa este cuadro como el segundo en importancia, justo después del original de la colección Cortez de Nueva York. La considera "ciertamente la más cercana al cuadro de Nueva York", situándola por encima de la copia de los Padres Carmelitas de Arenzano (Génova).

En definitiva, estamos ante una obra de gran calidad de un maestro activo en Nápoles o Sicilia durante las primeras décadas del siglo XVII, probablemente de la mano de Alonzo Rodríguez u otro seguidor cercano. Aunque la superficie actual muestra sutiles intervenciones posteriores, la estructura subyacente (Cristo y Pilato) denota la mano de un maestro que conocía íntimamente los métodos de Caravaggio, pero que optó por suavizar la brutalidad del maestro en favor de un Cristo más devocional e idealizado.