Emili Sivillà Torres

EMILI SIVILLÀ TORRES (Barcelona, 1845-1894).
"Puerto de Barcelona durante la Exposición Universal de 1888".
Sanguina sobre papel.
Firmado.
Una versión parecida de la obra se conserva en el Museo Marítimo de Barcelona.
Medidas: 25,5 x 83 cm. 27,5 x 85 cm. (marco).

Óleo sobre lienzo que muestra el puerto de Barcelona durante la Exposición Universal de 1888, uno de los grandes eventos en la historia de la ciudad, que marcó el inicio de la gran transformación urbana de Barcelona. Como era costumbre en este tipo de celebraciones, algunos de los países participantes enviaron una representación de sus marinas de guerra, con lo que se acababa formando una especie de gran parada ceremonial en el puerto de la ciudad. Los barcos, adornados con banderas y a menudo disparando salvas, se convertían en un gran espectáculo. La pintura de Sivillà retrata el aspecto que tenía el puerto durante esos días.

Emili Sivillà Torres inició su formación artística en 1861, estudiando pintura y dibujo en la Escuela de La Llotja de Barcelona. Participó en la Exposición de Barcelona de 1866, donde uno de sus estudios fue adquirido por la Academia de Bellas Artes con destino al Museo Provincial. También participó en la edición de 1870. Por estos años aún trabaja un amplio abanico de temas, que abarca incluso la pintura de barcos. En 1875 las fuentes documentales nos indican que vendió todas sus pertenencias para trasladarse a Marruecos, donde pudo conocer la vida del exótico Oriente de primera mano. En Tánger pintará no sólo paisajes de interior y marinas, sino que también retratará la vida cotidiana, los tipos y las costumbres locales. Mantuvo siempre lazos con su ciudad natal, como acredita su participación en la Exposición Universal de esta ciudad de 1888. Cuatro años antes había tomado parte también en la Nacional de Bellas Artes de Barcelona, y en 1887 tomó parte en la Exposición que se celebró en el edificio de San Sebastián, en la misma ciudad. El reconocimiento a su obra no terminó con su fallecimiento, sino que culminó con la exposición de varias de sus obras en la gran muestra de pintura de los grandes maestros catalanes celebrada en 1931 en las Galerías Layetanas de Barcelona. Dado el éxito comercial de su obra en su tiempo, la mayor parte de ella se conserva a día de hoy en colecciones particulares, aunque también se puede contemplar su obra en museos como el Marítimo de Barcelona.