Pilar Álvarez de Sotomayor

PILAR ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR (A Coruña, 1908- Torrent, Valencia, 1993).
"Gallego".
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 55 x 47 cm; 67 x 58 cm (marco).
Pilar Álvarez de Sotomayor y Castro fue una destacada pintora española cuya trayectoria artística está estrechamente vinculada al legado de su padre, el reconocido pintor Fernando Álvarez de Sotomayor. Hija de un maestro pintor y nacida en el seno de una familia profundamente sensibilizada con las artes, Pilar asumió desde temprana edad una inclinación natural hacia la creación plástica, que acabaría convirtiéndose en una vocación vital.
Durante su infancia, la familia se trasladó a Santiago de Chile debido a los compromisos profesionales de su padre, que por aquel entonces era director del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. Esta estancia en Sudamérica, aunque breve, ofreció a la joven Pilar su primer contacto con diversos contextos culturales. En 1915, la familia Álvarez de Sotomayor regresó a España, estableciéndose de nuevo en Galicia. Fue en este nuevo contexto donde Pilar inició formalmente su formación artística, recibiendo las primeras lecciones de pintura de su propio padre, cuya influencia no fue sólo técnica, sino también estética y espiritual.
En 1927, con sólo diecinueve años, presentó públicamente su obra por primera vez. La exposición, modestamente organizada en el escaparate del establecimiento comercial Casa Tizón de A Coruña, incluía un cuadro titulado Una princesa eslava, que ya revelaba una sensibilidad narrativa y una inclinación por el arte figurativo que acompañarían gran parte de su obra.
Deseosa de ampliar sus horizontes formativos y en consonancia con los hábitos artísticos de su época, en 1932 se trasladó a París, entonces epicentro de las vanguardias europeas. Aunque no se conservan muchos datos de esta etapa, es probable que allí entrara en contacto con nuevas corrientes estéticas que, directa o indirectamente, enriquecerían su lenguaje pictórico. A su regreso a España, retomó su actividad expositiva y compartió espacio con sus hermanas Carmen y Rosario en una muestra colectiva organizada por la Asociación de Artistas de A Coruña, consolidando así una dinámica creativa familiar que había germinado en el ámbito doméstico.
Un acontecimiento decisivo en la vida de Pilar Álvarez de Sotomayor fue su ingreso en la Orden religiosa de las Adoratrices, comunidad en la que permanecería el resto de su vida. Este paso no supuso un abandono, sino una transformación de su obra artística, que pasó a estar atravesada por una sensibilidad mística y un recogimiento espiritual que se tradujeron en una producción más intimista.