Carlos de Haes
Lote 35313948
CARLOS DE HAES (Bruselas, 1829 – Madrid, 1898).
“Paisaje lacustre de alta montaña con pescadores”.
Óleo sobre lienzo.
Obra reproducida en Archivo Español de Arte. Instituto de historia CSIC. LXXX, 318, 2007. p. 178.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo
Medidas: 100 x 180 cm; 128 x 207 cm (marco).
“Paisaje lacustre de alta montaña con pescadores”.
Óleo sobre lienzo.
Obra reproducida en Archivo Español de Arte. Instituto de historia CSIC. LXXX, 318, 2007. p. 178.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo
Medidas: 100 x 180 cm; 128 x 207 cm (marco).
Última puja:: 14000 €
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HISTORIAL DE PUJAS
DESCRIPCIÓN
CARLOS DE HAES (Bruselas, 1829 – Madrid, 1898).
“Paisaje lacustre de alta montaña con pescadores”.
Óleo sobre lienzo.
Obra reproducida en Archivo Español de Arte. Instituto de historia CSIC. LXXX, 318, 2007. p. 178.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo
Medidas: 100 x 180 cm; 128 x 207 cm (marco).
Gran lienzo que muestra una espectacular vista panorámica de un alto valle de montaña con laguna. El grupo de pescadores es similar al que aparece en la obra “Pescadores y pescadores. Apunte de barca” que pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid. La vista está encuadrada por el artista con el sentido armónico y equilibrio característico de la pintura de Haes, siendo elementos indispensables para mantener la consonancia de líneas verticales y horizontales en la estructuración de la obra al estilo de los paisajes clásicos flamencos del siglo XVII. El paisaje presenta una serenidad ambiental determinada por el estudio atmosférico y lumínico de la atmósfera, que Haes recrea con juegos progresivos de luces. Rasgo con el que consigue trasmitir un gran realismo envuelto en una visión poética. Es posible que se trate de la representación de los Picos de Europa o del Pirineo, donde estuvo entre 1872 y 1875, aunque se trata de una obra de taller, por lo que puede que haya sido acabada tiempo después del señalado, seguramente a la última etapa del artista.
La familia Haes se trasladó desde Bruselas a España en 1835, concretamente a Málaga, donde Carlos inició su formación como discípulo de Luis de la Cruz. En 1850 decidió continuar sus estudios en su tierra natal, aprendiendo de los grandes paisajistas flamencos. En paralelo entró en contacto con los artistas belgas contemporáneos, que exponían regularmente en los Salones de Bruselas. Una vez allí trabajó junto al paisajista Joseph Quinaux, quien le introdujo en la pintura al aire libre, clave para la formación de su personalidad artística. En su regreso a España Haes comenzó a cosechar éxitos, ejemplo de ello son la tercera medalla en la Exposición Nacional de 1856. Al año siguiente obtuvo la cátedra como profesor de paisaje en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, posición desde la cual formó a toda una generación de paisajistas en el ejercicio de la pintura al aire libre, dentro del realismo. Alumnos suyos fueron Aureliano Beruete y Darío de Regoyos. Durante su carrera artística continúo cosechando premios, como la primera medalla de la Exposición Nacional de 1858. En 1860 fue nombrado académico de San Fernando, el mismo año que obtuvo otra primera medalla en la Nacional. Pese a todo, no puede considerársele seguidor del plenairismo, ya que era partidario de trabajar del natural sólo los bocetos, mientras que consideraba que el cuadro debía ser acabado al modo clásico, en el taller. No obstante, fue el introductor del paisajismo en la pintura española, hasta el punto que se creó para él la primera cátedra de paisaje de la Academia de San Fernando. Sus vistas están compuestas a la manera clásica, aunque con predominio de la tierra frente al cielo, que normalmente ocupa un tercio del lienzo. Haes consideraba el paisaje como un género de entendidos, al ser difícil de tratar y de comprender. Planteaba que el fin del arte es la verdad que se encuentra en la imitación fiel de la naturaleza, para lo cual el pintor debía conocer profundamente el natural y no dejarse llevar por la imaginación. De ahí que prefiriese terminar las obras en el taller, para captar el instante concreto, ya que la misma naturaleza está en constante cambio. La genialidad artística radicaría no sólo en la técnica, sino en la propia y personal forma de contemplar la naturaleza por parte de cada pintor. La mayor parte de la producción de Carlos de Haes se encuentra en el Museo del Prado, aunque también está representado en los Museos de Bellas Artes de Bilbao, Málaga, Valencia y Lleida, en la Fundación Jaime Moreda etc.
“Paisaje lacustre de alta montaña con pescadores”.
Óleo sobre lienzo.
Obra reproducida en Archivo Español de Arte. Instituto de historia CSIC. LXXX, 318, 2007. p. 178.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo
Medidas: 100 x 180 cm; 128 x 207 cm (marco).
Gran lienzo que muestra una espectacular vista panorámica de un alto valle de montaña con laguna. El grupo de pescadores es similar al que aparece en la obra “Pescadores y pescadores. Apunte de barca” que pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid. La vista está encuadrada por el artista con el sentido armónico y equilibrio característico de la pintura de Haes, siendo elementos indispensables para mantener la consonancia de líneas verticales y horizontales en la estructuración de la obra al estilo de los paisajes clásicos flamencos del siglo XVII. El paisaje presenta una serenidad ambiental determinada por el estudio atmosférico y lumínico de la atmósfera, que Haes recrea con juegos progresivos de luces. Rasgo con el que consigue trasmitir un gran realismo envuelto en una visión poética. Es posible que se trate de la representación de los Picos de Europa o del Pirineo, donde estuvo entre 1872 y 1875, aunque se trata de una obra de taller, por lo que puede que haya sido acabada tiempo después del señalado, seguramente a la última etapa del artista.
La familia Haes se trasladó desde Bruselas a España en 1835, concretamente a Málaga, donde Carlos inició su formación como discípulo de Luis de la Cruz. En 1850 decidió continuar sus estudios en su tierra natal, aprendiendo de los grandes paisajistas flamencos. En paralelo entró en contacto con los artistas belgas contemporáneos, que exponían regularmente en los Salones de Bruselas. Una vez allí trabajó junto al paisajista Joseph Quinaux, quien le introdujo en la pintura al aire libre, clave para la formación de su personalidad artística. En su regreso a España Haes comenzó a cosechar éxitos, ejemplo de ello son la tercera medalla en la Exposición Nacional de 1856. Al año siguiente obtuvo la cátedra como profesor de paisaje en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, posición desde la cual formó a toda una generación de paisajistas en el ejercicio de la pintura al aire libre, dentro del realismo. Alumnos suyos fueron Aureliano Beruete y Darío de Regoyos. Durante su carrera artística continúo cosechando premios, como la primera medalla de la Exposición Nacional de 1858. En 1860 fue nombrado académico de San Fernando, el mismo año que obtuvo otra primera medalla en la Nacional. Pese a todo, no puede considerársele seguidor del plenairismo, ya que era partidario de trabajar del natural sólo los bocetos, mientras que consideraba que el cuadro debía ser acabado al modo clásico, en el taller. No obstante, fue el introductor del paisajismo en la pintura española, hasta el punto que se creó para él la primera cátedra de paisaje de la Academia de San Fernando. Sus vistas están compuestas a la manera clásica, aunque con predominio de la tierra frente al cielo, que normalmente ocupa un tercio del lienzo. Haes consideraba el paisaje como un género de entendidos, al ser difícil de tratar y de comprender. Planteaba que el fin del arte es la verdad que se encuentra en la imitación fiel de la naturaleza, para lo cual el pintor debía conocer profundamente el natural y no dejarse llevar por la imaginación. De ahí que prefiriese terminar las obras en el taller, para captar el instante concreto, ya que la misma naturaleza está en constante cambio. La genialidad artística radicaría no sólo en la técnica, sino en la propia y personal forma de contemplar la naturaleza por parte de cada pintor. La mayor parte de la producción de Carlos de Haes se encuentra en el Museo del Prado, aunque también está representado en los Museos de Bellas Artes de Bilbao, Málaga, Valencia y Lleida, en la Fundación Jaime Moreda etc.
OBSERVACIONES
Obra reproducida en Archivo Español de Arte. Instituto de historia CSIC. LXXX, 318, 2007. p. 178.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
Presenta leves restauraciones y repintes sobre la superficie pictórica.
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