DESCRIPCIÓN
Escuela peruana; siglo XVIII.
“Los desposorios de la Virgen”.
Alabastro tallado y dorado.
Medidas: 32 x 27,5 cm.
La presente obra realizada en alabastro tallado representa un tema clásico de la historia del arte, que muestra la boda entre María y José. En este caso la obra se fundamenta en una composición tradicional desde el Renacimiento, con una estructura simétrica con el sacerdote y el Espíritu Santo en forma de paloma en el centro, mientras que en ambos lados se encuentran María y José. Los padres de Jesús son conducidos por el sacerdote a tomarse de la mano. José porta, como es habitual en este tema, la vara florecida que utilizó Dios para señalarlo como esposo de María, mientras que la Virgen posee una corona de flores. La escena se completa con la presencia de un conjunto de personajes a modo de cortejo que flanquean a los novios y se dividen por género, acompañando las mujeres a María y los hombres a José. La talla presenta cierta influencia costumbrista que deriva de las posturas anecdóticas de los personajes que se encuentran en el primer plano de la zona inferior, que son también un recurso que potencia la tridimensionalidad de la talla, aportando así una mayor profundidad.
La Escuela Colonial Peruana se desarrolló entre los siglos XVI y XVIII tras la llegada de los españoles al país y como fruto de la influencia de tres grandes corrientes, la vertiente española, la italiana y la flamenca. La religión católica adquiere gran importancia al tener una decisiva función evangelizadora por lo que temas bíblicos, como el que presentamos en subasta, proliferan siguiendo las técnicas y modelos europeos. Cabe citar que, durante la dominación colonial española, se desarrolló una pintura principalmente religiosa, destinada a cristianizar a los pueblos indígenas. Los artistas locales tenían como modelo las obras españolas, que seguían de forma literal en cuanto a tipos e iconografía. Los modelos más frecuentes fueron los ángeles arcabuceros y las vírgenes triangulares, sin embargo, en los primeros años del siglo XIX, ya en tiempos de la independencia y apertura política de algunas de las colonias, varios artistas comenzaron a representar un nuevo modelo de pintura con una identidad propia.