DESCRIPCIÓN
Escuela virreinal del siglo XVII, posiblemente peruana.
"San Miguel Arcángel".
Alabastro (piedra de Huamanga) tallado y policromado, parcialmente dorado.
Medidas: 29 x 18 x 9 cm.
Escultura realizada en un tipo de alabastro originario de Perú, la piedra Huamanga. En época virreinal proliferaron las esculturas devocionales en dicho material, que sustituía el mármol occidental. El tallado en piedra de Huamanga fue una manifestación artística característica de Ayacucho. San Miguel Arcángel ha sido tallado en alabastro, en una figura de medio bulto, destinada a una visión frontal. Se eleva sobre una peana de nubes entre las que asoma un serafín. Porta un atavío militar de caballero, inspirado en el atuendo de las milicias romanas. Por la postura del brazo derecho, se deduce que portaba una lanza. Los paños flamean en torno a la figura, dotándola de cierto dinamismo. En el siglo XVII, la escultura peruana conoció especial desarrollo al iniciar una tradición autóctona basada en la libre reinterpretación de modelos europeos importados por las misiones jesuíticas. De la influencia italiana y española del barroco resultó una imaginería propia. Quito fue uno de los principales centros artísticos.
Según cuenta la tradición, San Miguel es el jefe de la milicia celestial y defensor de la Iglesia. Precisamente por ello combate contra los ángeles rebeldes y contra el dragón del Apocalipsis. Es además psicopompo, es decir, que conduce a los muertos y pesa las almas el día del Juicio Final. Los eruditos han relacionado su culto con el de varios dioses de la Antigüedad: Anubis en la mitología egipcia, Hermes y Mercurio en la clásica, y Wotan en la nórdica. En Occidente, el culto a San Miguel empieza a desarrollarse a partir de los siglos V y VI, primero en Italia y Francia, y después extendiéndose por Alemania y el resto de la Cristiandad. Las iglesias y capillas que se le dedican son innumerables en torno al año 1000, en relación con la creencia de que en dicha fecha llegaría el Apocalipsis. A menudo, sus templos están localizados en lugares altos, dado que se trata de un santo celestial. Los reyes de Francia le dispensaron una particular veneración a partir del siglo XIV, y la Contrarreforma le convirtió en jefe de la iglesia contra la herejía protestante, dando un nuevo impulso a su culto. San Miguel Arcángel es un santo militar, y por tanto patrón de los caballeros y de todos los oficios relacionados con las armas.