DESCRIPCIÓN
LORENZO DE ÁVILA (Ávila, c. 1473/1492-Toro, 1570).
“Cristo resucitado” y “Santo Entierro”.
Óleos sobre tablas (x2). Engatilladas.
Bibliografía: Velasco González, A. Noves pintures de Toledo i Zamora de la primera meitat del segle XVI: Francisco de Comontes y Lorenzo de Ávila. En: El gran valor de les lletres u les humanitats. Homenatge al Dr. Frederic Vilá i Tornos. CAEM. Universitat de Lleida 2015 p. 316, fig. 7.
Presenta repintes y restauraciones.
Posee marco con desperfectos y daños provocados por xilófagos.
Medidas: 50 x 50 cm (x2); 66 x 65,5 cm (marcos,x2).
Pareja de tablas en las que se representa el Santo Entierro y la Resurrección de Cristo. La técnica, que demuestra que ambas pertenecen a la misma mano, el soporte, la temática y las dimensiones son rasgos que indican que las dos obras pertenecían en origen a un ciclo pictórico mayor, seguramente en el que se representasen distintas escenas de los últimos momentos de la vida de Cristo, destinadas por lo tanto a decorar un espacio arquitectónico religioso. En las dos pinturas Cristo es el protagonista de la composición. En una se nos muestra en el momento en el que es depositado en el sepulcro, mientras que el otro se dispone en el centro de la composición triunfante ante la sorpresiva mirada de los soldados. En cuanto al estilo cabe destacar el tratamiento del color con una paleta de tonos brillantes. Por las características técnicas, como por ejemplo el modelado de las formas, las tonalidades utilizadas, el tipo de composición, e incluso los detalles estéticos utilizados en el tratamiento de las telas que conforman las escenas, estas obras recuerdan en gran medida a la pintura de Lorenzo de Ávila. De hecho, un rasgo muy característico es el alargamiento anatómico, el cual se puede apreciar especialmente el cuerpo de Cristo en ambas obras. Cabe destacar que debido a la pujanza económica de Castilla y a la influencia de la corte real, la zona aceptó y asimiló los nuevos conceptos humanistas de vida y arte por sus condiciones espirituales, políticas y económicas, aunque desde el punto de vista de las formas plásticas, su adaptación de las implantadas por Italia fue más lenta por la necesidad de aprender las nuevas técnicas y de cambiar el gusto de la clientela.
Lorenzo de Ávila fue un pintor renacentista español, también conocido como el Maestro de Pozuelo, en honor a una localidad en la que había pintado un retablo, cuyo nombre se desconocido. Aunque Lorenzo de Ávila nació en Ávila, se le cita por primera vez en Toledo en 1507, donde se le encargaron tres dibujos de tema indeterminado para la catedral, que servirían de modelo para los bordados que cubrirían la cruz procesional del Corpus Christi.Lorenzo de Ávila pudo trasladarse a Toledo a formarse con Juan de Borgoña, cuyo estilo se reflejó en sus pinturas y cuya influencia continuó hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XVI. En 1521 le encontramos en León, donde permaneció hasta 1524, pintando la Disputa de Jesús con los Doctores en el claustro de la catedral, hoy desaparecida. Posteriormente se le registra en Pozuelo de la Orden, en la provincia de Valladolid, donde recibe su primer pago en 1528 por un retablo pintado con Andrés de Melgar, que fue trasladado a la colegiata de San Isodoro de León a principios del siglo XX. Se trasladó a Toro en 1529, donde instaló un taller de pintura en el que trabajaron otros pintores locales, entre ellos el hijo de su maestro, Juan de Borgoña el Joven, Blas de Oña, Alonso de Aguilar y Luis del Castillo. Su hijo, Hernando de Ávila, fue pintor de Felipe II.