Escuela valenciana. Principios del s. XX.

Escuela valenciana. Principios del siglo XX.
"Nuestra Señora de la Asunción".
En madera tallada, estofada y policromada. Con corona sobredorada.
En buen estado de conservación.
Medidas: 80 x 37 x 30 cm. (con la base).

La imagen de Nuestra Señora de la Asunción representada en esta escultura de principios del siglo XX constituye un ejemplo emblemático del arte devocional que floreció en la región valenciana en el tránsito entre los siglos XIX y XX. Se trata de una obra elaborada con la técnica tradicional de talla en madera policromada, combinada con dorado y estofado, recursos característicos de la imaginería de raigambre barroca que, pese al avance de los lenguajes modernos, siguió vigente en los talleres dedicados al arte sacro durante este periodo. El cuerpo de la imagen, cubierto por un amplio manto estofado, está enriquecido con un complejo repertorio ornamental de motivos vegetales y geométricos que remiten directamente a la estética barroca reinterpretada desde un gusto historicista. La delicadeza de los rasgos del rostro, la suavidad de la policromía y la actitud orante de la Virgen revelan una sensibilidad propia del academicismo religioso aún dominante en el ámbito escultórico español.

La corona imperial sobredorada, rodeada de una ráfaga circular tachonada de estrellas, acentúa la lectura gloriosa de la advocación asuncionista. La Virgen aparece elevada, envuelta en luz y majestuosidad, reforzando visualmente la idea teológica de su asunción a los cielos. A sus pies, dos ángeles niños flanquean la figura, recurso iconográfico que enlaza con la tradición iconográfica del Misteri d’Elx, drama sacro-lírico medieval íntimamente ligado a la identidad cultural y religiosa de la ciudad. Estos pequeños ángeles, modelados con formas redondeadas y policromía suave, aportan dinamismo y ternura a la composición, al tiempo que anclan la obra en un imaginario profundamente arraigado en la devoción ilicitana.

La inscripción en la base reafirma la vinculación de la pieza con la advocación ilicitana de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la ciudad y figura central del Misteri. A comienzos del siglo XX, tras un periodo de renovación religiosa y fortalecimiento del culto mariano, era frecuente que parroquias y particulares encargaran nuevas imágenes para procesiones, oratorios o devociones domésticas. Las esculturas creadas en este momento buscaban mantener la continuidad estética con el barroco valenciano, considerado el lenguaje más apropiado para manifestar la solemnidad, el esplendor y la teatralidad propias de la tradición sacra mediterránea. Por ello, esta obra combina de forma armónica el refinamiento técnico heredado de siglos anteriores con los criterios estéticos del academicismo, generando un conjunto equilibrado y plenamente acorde con el gusto de su tiempo.

A través de su iconografía, su ornamentación y su factura técnica, la pieza no solo testimonia la pervivencia del arte religioso tradicional en las primeras décadas del siglo XX, sino que también funciona como un símbolo material de la identidad espiritual de Elche. Representa una continuidad viva entre la devoción popular, la imaginería histórica y las necesidades litúrgicas de una comunidad que, generación tras generación, ha mantenido el vínculo entre la figura de la Asunción y su expresión artística. En este sentido, la escultura encarna tanto el legado histórico como el sentimiento religioso de un periodo en que la tradición se reafirmaba como un valor esencial frente a los profundos cambios sociales y culturales que ya comenzaban a anunciarse en la modernidad.