Roma Subterranea Novissima. Tomo I. PAOLO ARINGHI

Roma Subterranea Novissima. Tomo I. PAOLO ARINGHI (1600-1676).
Tomo I. En latín.
Impresores Vitalis Mascardi, Blasius Diversinus y Zanobius Masottus.
Buen estado general de conservación. Presenta deterioro debido al paso del tiempo.
Medidas: 42 x 29 x 10 cm.

El Tomo Primero de Roma Subterranea Novissima, publicado en Roma en 1651, constituye una de las obras más significativas del siglo XVII dedicadas a la arqueología cristiana. Redactada por Paolo Aringhi, sacerdote oratoriano, esta monumental publicación se basa en los trabajos pioneros de Antonio Bosio, a quien se reconoce como el “Cristóbal Colón de las catacumbas”. Aringhi no sólo traduce del italiano al latín la obra inconclusa de Bosio, sino que la reorganiza, la amplía y la ilustra con una notable riqueza gráfica, convirtiéndola en una referencia fundamental para el estudio de las catacumbas romanas y los primeros vestigios del cristianismo.

El volumen, impreso en folio por los impresores Vitalis Mascardi, Blasius Diversinus y Zanobius Masottus, presenta una encuadernación típica de la época, frecuentemente en pergamino o piel, y se abre con una portada grabada de gran riqueza iconográfica. A lo largo del texto se intercalan numerosas ilustraciones calcográficas que reproducen con notable precisión inscripciones funerarias, epitafios, frescos, relieves y planos de los cementerios subterráneos de Roma. Estas imágenes no solo cumplen una función documental, sino que también reflejan el espíritu contrarreformista del siglo XVII, en su interés por legitimar la antigüedad del culto cristiano mediante pruebas arqueológicas.

El contenido del tomo se organiza en seis libros, en los cuales se describen los cementerios cristianos, los sepulcros de mártires, los símbolos funerarios y la iconografía cristiana primitiva. Aringhi se esfuerza por dotar a la obra de un aparato erudito riguroso, incluyendo extensas referencias patrísticas y epigráficas, así como un índice temático y de capítulos al final del volumen. La obra está escrita en latín humanista, con un estilo claro y solemne, orientado a un público culto eclesiástico y académico.

El Tomo I de Roma Subterranea Novissima es mucho más que un tratado arqueológico: es un testimonio impreso del fervor devocional y erudito de su tiempo, una obra que combina la espiritualidad de la Roma subterránea con la racionalidad barroca, y que sentó las bases de la arqueología cristiana moderna.