Diego de Silva

DIEGO DE SILVA (Activo desde 1630- 1690),
“El bautismo de Cristo”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Firmado en
Medidas: 71,5 x 51,5 cm.
En esta obra el autor representa un pasaje bíblico fundamental en el ciclo de la vida de Cristo: su bautismo en el río Jordán por San Juan Bautista. Esta escena, cargada de simbolismo teológico, se convierte en una oportunidad para que el artista despliegue tanto su sensibilidad religiosa como su dominio compositivo dentro del contexto de la pintura devocional barroca española.
La composición muestra a Cristo arrodillado, semidesnudo, con las manos juntas en actitud de oración, recibiendo el sacramento de manos de San Juan Bautista, quien se yergue a su derecha, vertiendo agua con una concha sobre su cabeza. El gesto de Juan es solemne y contenido, reforzado por su figura alargada y ascética, vestida con pieles, símbolo de su vida eremítica. Ambos personajes están representados en un paisaje fluvial, con vegetación austera y un cielo abierto, donde se manifiesta la presencia divina.
Desde lo alto, una paloma blanca, símbolo del Espíritu Santo, desciende en un halo de luz celestial. A su alrededor, tres cabezas de querubines alados intensifican la sacralidad del momento.
La pintura evidencia una técnica modesta pero sincera, propia de un artista formado en un entorno más local que cortesano, con recursos compositivos tradicionales. El dibujo es correcto aunque no especialmente refinado, y las proporciones, aunque algo rígidas, transmiten la espiritualidad del tema con eficacia. La paleta cromática es terrosa y contenida, con suaves contrastes de luz que no llegan a los extremos del claroscuro tenebrista, pero que sugieren una influencia indirecta del naturalismo barroco. La figura de Cristo está tratada con delicadeza, destacándose la atención anatómica y el tratamiento de la piel, mientras que San Juan Bautista aparece con un modelado más tosco y expresivo, resaltando su carácter profético y ascético.